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Veracruzanías

 

-Hay un conjunto de autores (Pitol, López Páez, Galindo, Melo, Hugo Argüelles), todos veracruzanos, cuyas obras están hermanadas por atmósferas, preocupaciones formales y temáticas que me permiten el atrevimiento de afirmar que hay una especie veracruzanía que los vincula.... ¿le parece una locura?

-Algo debe haber de cierto en eso. Sergio Pitol es más europeo, es el más cosmopolita de nosotros, pero todos tenemos una buena dosis de Veracruz en nuestra literatura. En mi libro de cuentos, La caja vacía, tenía como modelo a los costumbristas veracruzanos. Hasta había pensado ponerle Cuentos veracruzanos, usando el título que Rodríguez Beltrán le puso a un libro suyo. Pero era un título muy malo y recurrí a lo de todo mundo, titular el libro con el de uno de los cuentos. La caja vacía se publicó en 1962, pero los escribí a lo largo de diez años. Después le aumente Por celebrar del infante que no me salía no sé por qué, tenía una prosa perra. Al cabo de los años un día lo agarré y dije por qué no me va a salir este cuento. Lo revisé y lo metí en el libro porque es de ese tomo y de ningún otro.

-La infancia veracruzana es una constante temática en todos Ustedes .... Villa Niebla (Huatusco), en López Páez, Potrero, en Sergio Pitol, por mencionar a dos... y por supuesto, Córdoba, en su caso... ¿hay que ponerse en la piel del niño, recordar?

-No sé, yo creo que realmente uno guarda su infancia adentro. No se olvida. Guarda uno su visión infantil del mundo y claro que se puede rescatar. Creo que a todos nos pasa. Pero déjame decirte, las edades que más me gusta vivir literariamente son las cercanas a la adolescencia y son las que más, he usado literariamente. En el teatro también tengo niños, bastantes. Bueno, niños de esos de doce o trece, catorce.

-Los niños que protagonizan Los huéspedes (en La caja vacía ) y Sobre virtudes teologales están dotados de una malicia enorme, son profundamente críticos, agudos, pareciera que tienen la experiencia del que ha vivido mucho... ¿Será esa malicia una de las virtudes de la infancia?

-Pues no sé si sea la virtud de la infancia, pero sí la virtud en algunos de mis niños. En realidad tengo niños maliciosos e inteligentes. Algunos de mis niños hablan mucho, el de Las cartas de Mozart por ejemplo es un niño terriblemente precoz y metiche, es un resorte muy importante del movimiento dramático y que además me sirve para trabajar los dos personajes principales que son infantiles también. Ellos saben que el mundo adulto es estúpido o corrupto.