No ser iguales a los hombres en lo que ellos han fallado
— En los ochenta usted decía que la poesía de las mujeres todavía no alcanzaba a decir todo lo que diría cuando las mujeres fueran libres. ¿Siente que en esta época ya lo somos?
— Las mujeres tenemos que ser libres, tenemos que luchar por eso. Una libertad que no consista en agredir la libertad de otro o transgredirla. Actualmente con esa libertad (...) hay una literatura femenina erótica que muchas veces no consiste más que en quitar una mordaza que alguien tenía y decir todo . En ese todo no está transformada la palabra en poesía. La poesía erótica femenina o masculina [merece] mis respetos, siempre que no sea sólo una descripción del acto erótico por todos conocido.
— ¿Piensa que ahora hay mejor poesía erótica de la que había antes?
— Puede que más abundante, mejor no tanto. Por ejemplo, hay un poeta de Toluca que tiene un libro de poesía erótica magnífica. Pero entre las mujeres sí hay veces que solamente es como una especie de coquetería o una descripción que no añade peso al mundo. Falta un trabajo femenino para poder comunicar libremente la poesía erótica que no sea falta de significación.
— ¿Siente que esa búsqueda poética sea más difícil para las mujeres que para los hombres?
— Sí, porque las mujeres tenemos muchas trabas de educación, de entorno social. Muchas veces dicen que en México somos las madres las que hacemos a los hijos machistas. Yo digo ‘no somos las madres'. Es una cultura ya de muchos años que permite esto. Y la cultura no se puede modificar en unos cuantos años.
— Usted ha comentado que cuando era joven le daba pena escribir poemas que fueran cursis, y que trató de escribir textos más irónicos. Pero finalmente su poesía es una poesía muy dulce.
Traté de no ser cursi...empezando por mi papá que me dijo: ‘Qué horror. Una mujer…y poeta', y que las mujeres son cursis por naturaleza. (Una risa la interrumpe antes de proseguir) Entonces evitaba yo lo cursi. Lo cursi es lo que aspira a la grandeza y se queda en el camino. También [les pasa] a los hombres. Es como decía Rosario Castellanos: se puede ser o poeta o poetastriso.
— ¿Usted cree que hay ya mujeres que escriben como hombres, o que el género pesa menos al momento de escribir que en el entorno social?
D icen que la poesía no tiene género; eso es cierto, pero las mujeres sí lo tenemos. Entonces yo creo que sí hay mujeres que van encontrando una forma de expresión, que si bien no es totalmente diferente de la de los hombres, tiene cauces que son propios de una mujer por su educación, bueno…y por su género.
Sí, la poesía es universal, pero creo que las mujeres tenemos una forma más próxima al acercarnos a la naturaleza. Y aunque la condición de madres es también corta, dura pocos años, tenemos como una necesidad de proteger al resto del mundo, o de gallinas salvadoras bajo las alas. Además, no tenemos por qué liberarnos para ser iguales a los hombres en lo que ellos han fallado. Nosotras debemos encontrar nuevos caminos.