- En el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, Ametli y Ediciones del Lirio presentaron el volumen que muestra la labor de nuevos traductores
- Arturo Vázquez Barrón, Patricia Reyes y Daniel Casado participaron en la presentación
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), y el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia (CCLXV), presentaron la tarde del viernes el libro Planeta distante Aotearoa: ecos y voces de la larga nube blanca (2022), volumen que impulsa el trabajo literario de la traducción realizada por egresados del Diplomado de Traducción Literaria de la Asociación Mexicana de Traductores Literarios (Ametli), a partir de nuevas plumas neozelandesas interpretadas al español.
En el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, Arturo Vázquez Barrón, presidente de Ametli; Patricia Reyes, directora de Arte y Diseño en Ediciones del Lirio; y Daniel Casado, egresado del Diplomado de Traducción Literaria, comentaron la obra que, a través del lenguaje escrito, acerca a los lectores una visión distinta de la cultura neozelandesa a través de autores como Shelley Burne-Field, Jack Remiel Cottrell, Josie Shapiro, Angelique Kasmara, Di Starrenburg, Melanie Kwang, y el mexicano Rogelio Guedea.
Vázquez Barrón, profesor y traductor literario, comentó al respecto que esta obra colaborativa, entre Ametli y Ediciones del Lirio, representa un esfuerzo por defender los derechos y dar visibilidad, nombre y apellido a quienes realizan la traducción de textos, así como a las nuevas generaciones de traductores.
“Parte de estos derechos tiene que ver con la visibilidad, y la visibilidad tiene que ver justamente con la publicación de estas obras con nombre y apellido, en este libro publicado por Ediciones del Lirio”, expuso.
Patricia Reyes, quien además de encargarse del arte, acompañó el proceso de edición y conceptualización del libro, añadió que Planeta distante —el cual, indicó, es el segundo volumen dentro de la colección Malinali— pondera el trabajo literario de la traducción; pues resaltó que gracias a esta labor interpretativa las obras de muchos autores, ajenas a la lengua materna de quien las lee, obtienen alcance más allá del idioma original en que fueron escritas.
“En este caso toca dar voz a los traductores que a veces no tienen ese merecido reconocimiento. Para nosotros ha sido un gusto acoger estas traducciones, esta multitud de voces y poderlas llevar a los lectores”, remarcó la directora de Arte en representación de Rubén Mendieta, director de Ediciones del Lirio.
Añadió que el libro intenta acercar la realidad sociocultural y las problemáticas que afrontan quienes habitan aquella región. “Este libro se llama así, Planeta distante, porque trata de traer a este lado del mundo lo que está ocurriendo de ese otro lado. Aquí van a encontrar obras que hablan de la tradición, de la modernidad, de prejuicios sociales, el apego o el desapego a la madre; de muchos temas que abarcan la totalidad humana”, dijo.
Vázquez Barrón precisó que la obra está integrada por relatos de autores neozelandeses egresados de la Maestría en Escritura creativa de la Universidad de Auckland —además de Rogelio Guedea, autor mexicano que radica en Nueva Zelanda y que ha sido traducido del español al idioma inglés— quienes, señaló, forman parte de una tradición literaria poco explorada.
“La idea fue no elegir literaturas hegemónicas, sino literaturas no conocidas, que son muy poderosas, que tiene mucha capacidad expresiva y mucha calidad. Estos textos no sólo nos permiten acercar solamente la literatura del original, sino también acercar al lector al trabajo del traductor y ver en qué medida está establecida su marca de autor dentro el texto”, explicó.
Finalmente, Daniel Casado, egresado del Diplomado de Traducción literaria de Ametli, refirió que la tarea de las y los traductores se asemeja a diseñar una telaraña, en la que cada palabra se enlaza con otra y donde cada una de las decisiones del traductor, modifica los trazos de la red que teje.
Asimismo, indicó que esta experiencia brindó a sus colegas, de manera individual y colectiva, una visión diversa de la realidad neozelandesa. “Nos dimos cuenta que traducir es un modo de reconocer al otro, pues conocimos un país multicultural que enfrenta racismo, discriminación, desigualdad social, y experimenta conflictos familiares entre generaciones y una marcada inconformidad con diversos aspectos de su entorno. Nos llevó a conocer una nación que tiene cuentas pendientes con quienes la habitan y a percibirla a través de nuestra lengua propia”, concluyó.