Tío Patota, líder de los niños

por Esteban Fuentes

“El arte de contar cuentos es el arte más directo que existe. Se dice que es el teatro, pero no es cierto; el narrador improvisa constantemente, comunica sentimientos, es un arte hermoso que está dirigido a los niños y adultos.” Es así como Eduardo Robles, mejor conocido como el Tío Patota, definía la profesión de cuentacuentos, a la cual dedicó gran parte de su vida, con lo cual obtuvo reconocimiento internacional.

Eduardo Robles fue un narrador, guionista y periodista que impulsó la literatura infantil y juvenil en México, España y Estados Unidos, entre otros países. Nació en el Distrito Federal en 1941: sus padres fueron de los primeros refugiados españoles que llegaron a nuestro país huyendo de la Guerra Civil de su tierra natal. Sin embargo, posteriormente realizaron un éxodo hacia Venezuela por cuestiones laborales, por lo que Robles estudió periodismo en la Universidad de Venezuela.

Al inicio de la década de 1970, Robles inició su carrera literaria cuando, en un viaje que realizó a Londres para estudiar la televisión para niños en la BBC, le escribió una carta a un sobrino que vivía en Caracas. La carta se convirtió en un cuento, que posteriormente sería publicado por la editorial Alianza con el nombre La cartita que viajó en jet (1972). El éxito que tuvo esta publicación lo impulsó a seguir escribiendo y, después, a narrar sus obras de propia voz ante un público joven. Cuando declamaba sus cuentos ante los niños, estos le llamaban Tío Patota, ya que éste es un término coloquial de Venezuela que se refiere al líder de la pandilla de los infantes, sobrenombre con el que decidió quedarse.

La misión del Tío Patota siempre fue atraer a más personas al hábito de la lectura, y criticó a las instituciones educativas por mostrar los libros como un castigo. En cambio, él los presentaba como un mundo maravilloso donde todo es posible, ocupando como medio de persuasión las lecturas orales, pues “la narración en vivo lleva a que los niños y adultos se acerquen a los libros”.

Robles tiene más de 90 textos publicados –en su mayoría antología de cuentos infantiles y novelas juveniles–, en los que brinda historias ficticias con un toque de realidad que envuelven a niños y adultos. Entre sus obras más destacadas se encuentran: Los cuatro gatos (1988), Confesiones (1992), Estuve en el fin del mundo (1996) y Después del fin del mundo (2004).

También incursionó en el ámbito de la docencia, fue profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e impartió diversos diplomados sobre narración oral y escrita en diferentes universidades de México Estados Unidos, Guatemala y Venezuela.

En 1980, creó la Asociación Nacional de Narradores de Cuentos (ASNAC), con la que comienza el desarrollo profesional de la narración oral en México. En 1982, fue distinguido a nivel internacional en la Lista de Honor del Premio Hans Christian Andersen por su obra Los cuentos del Tío Patota. Ese mismo año recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil “Juan Pablos”. En 1985, fue nombrado secretario general de la Asociación Mexicana para el Fomento de Literatura Infantil y Juvenil (IBBY).

Eduardo Robles ha sido un apasionado promotor de los libros en México, consecuencia de ello son todas las personas a las que ha convertido en lectores a través de sus narraciones orales, lo que lo convirtió en un líder literario tanto para niños como adultos.