Muestras literarias

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No pude detener los elefantes, Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León / FCE, 2002.

 

APORTE

Lo que la mar arroja
no son únicamente iniquidades.
De cuando en cuando
el tiempo se amotina
para corporeizar nuestros ensueños,
y entonces llega a nuestras playas
un gigante dormido,
un desmayado cuerpo de profeta
por el que todos claman,
que cada hombre alguna vez,
encontró en los escombros
de su ruinosa fantasía.