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El viaje como conocimiento

Lisette Torres

La infancia de Héctor Orestes Aguilar (ciudad de México, 1963) transcurrió entre los barrios de San Rafael y Santa María del Distrito Federal. Desde pequeño se interesó por la literatura y entre sus lecturas tempranas encontramos autores como Doyle, Twain, Scott, Verne, y Salgari.

Entre 1978 y 1980, Héctor Orestes realizó estudios en la Escuela Nacional Preparatoria número 5, y concluyó el bachillerato musical en el Centro de Iniciación Musical de la Escuela Nacional de Música (ambas instituciones de la UNAM). Cursó el primer año del Bachelor in Arts (Music Major) en la Universidad de Texas. Luego regresó a la Ciudad de México para estudiar la licenciatura en lingüística en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En 1986, ingresó como investigador asistente al Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Algunas ciudades que ha recorrido a lo largo de su vida y que han nutrido su obra son Berlín, Viena, Praga, Munich, Pula y Rieka (Croacia); Trieste, Bratislava, Budapest, Salzburgo, Florencia, Ámsterdam, Atenas y Milán. En 1999 recibió el Premio Nacional de Ensayo Abigael Bohórquez por Apuntes para una geografía del limbo.

En Un disparo en la niebla. Recorridos y lecturas, Héctor Orestes recupera la madrugada del 4 de octubre de 1903, cuando un joven filósofo austriaco de origen judío, autor del libro más polémico de sus días, se vacía un tiro de revólver en el pecho. El enigma de esa decisión final es uno de los motivos que atraviesan las páginas de Un disparo en la niebla, inquisición de los secretos paisajes literarios y telúricos de Europa Central.

Apuntes para una geografía del limbo (2000) tiene una estructura cercana al relato y reúne semblanzas y aproximaciones a las obras de Arthur Schnitzler, Leo Perutz, Alexander Lernet-Holenia, Ödön von Horváth, Ernst Weiss y Johannes Urzidil, quienes a través de sus libros trazaron un complejo mapa de la "experiencia moderna" en Europa Central.

Los ensayos de La escritura sin sombra (2002) constituyen estudios introductorios a la vida y la obra de dos autores de origen judío que pensaron y escribieron en alemán, como Egon Erwin Kisch y Hugo von Hofmannsthal, ambos vinculados a la cultura mexicana de su tiempo.

El asesino de la palabra vacía. Recorridos desde la otra Europa (2006) es una segunda serie de “lecturas y recorridos”, que, al igual que los escritos contenidos en Un disparo en la niebla (1997), registran viajes, estancias y acercamientos a países e imaginarios centroeuropeos.

Con motivo de su participación en el ciclo de Guías de lectura, Héctor Orestes Aguilar ofreció una conversación donde reflexiona sobre la literatura que se hace en el este de Europa y en México, la perspectiva que le da su postura de viajero acerca de su propio país y sus afinidades literarias.



? ¿Cómo tomaste la decisión de dejar de lado la música para comenzar con la lingüística y la literatura?
?Fue una decisión de adolescente, cuando tenía 18 o 19 años, la época en que uno se enfrenta a una toma de decisiones axiales en las que se prevé qué es lo que va a suceder si uno continúa por un camino profesional o no. En mi caso, estudié más de nueve años guitarra, tanto en México como en la Universidad de El Paso en Texas. Para ser un ejecutante virtuoso, como yo quería ser, necesitaba un talento que no tenía; en cambio creo que para la escritura lo tengo, pues se requiere de muchísimo tiempo, sedimentación de experiencias, aprendizaje del oficio, acumulación de experiencias vividas y leídas; así que pensé que mi oficio no estaba en continuar con los estudios musicales sino con la literatura.

? ¿Cómo se relaciona en ti música y escritura?
?En ambos hay procesos de composición. Por ejemplo la teoría dodecafónica de la música trabaja con células especulares; hay ciertos textos que tienen esa misma estructura especular: el final reproduce el principio y al interior del texto de alguna manera hay fragmentos que se confrontan entre sí…espero no estar siendo demasiado teórico… la respuesta concreta sería tanto la composición musical como la escrita tienen reglas, tienen una sintaxis y se pueden nutrir mutuamente.
Hacia finales de los años 70, tomé clases de composición con Julio Estrada; un taller llamado “Música y Futuro”, donde comenzamos a utilizar las computadoras para generar procesos musicales de composiciones, de lo que yo llamé textos musicales; de hecho, lo que compuse en ese taller lo titulé Aforismos: una serie de composiciones muy breves, de una sola línea musical, generadas por procesos matemáticos computacionales. Ahí se me hizo evidente que tanto la literatura como la música obedecen a procesos lógicos de composición; tienen una sintaxis que hay que aprender y dominar.

?Para algunos puntos de vista el ensayo queda un escalón debajo de la literatura de ficción ¿Cuál crees que sea la importancia del ensayo en la literatura contemporánea?
?Es de una importancia crucial. Dentro del ensayo cabe la ficción también. Magris ha desarrollado su carrera primero de ensayista, que lo ha llevado paulatinamente a la escritura de ficción aparentemente pura, porque sigue alimentándose de prosa ensayística. No sólo el ensayo está a la par de la ficción sino que algunas veces dentro del mercado literario se venden más libros de ensayo.
Creo que cualquier tipo de ensayo es un libro que guía al lector contemporáneo en su búsqueda de saber, para tomarle el pulso a la actualidad. En ese sentido, creo que el ensayo tiene cierta ventaja sobre la ficción, pues sitúa a los lectores en un tiempo específico; los dota de ciertas pistas útiles para saber quién es uno, dónde está parado y qué le espera.

? ¿Por cuáles escritores, sobre todo ensayistas, sientes afinidad?
?Mira yo tengo afinidad sobre todo por escritores que han mezclado géneros, que no se han circunscrito a una práctica canónica del ensayo. El escritor por el que mayor afinidad siento en ese sentido es Claudio Magris.

? ¿Qué escritores te han seducido de manera memorable como lector?
?Yo he ido aprendiendo en diferentes etapas de mi formación literaria con diferentes maestros. Puedo decir que una seducción muy temprana fue Borges, que educa tanto en la lectura como en la escritura. Gracias a él fui dando con otros escritores que han contribuido para formar mi estilo. Hay una escritor francés que me gusta mucho que se llama Marcel Schwob, y toda la línea de escritores en México que llegan hasta Arreola. Son escritores que se ocupan de la literatura y la mezclan con una realidad muy peculiar, porque es una realidad por supuesto transformada por la fantasía. En los últimos años, han sido los autores austriacos y centroeuropeos los que han influido notablemente en mí.

? ¿A qué libros regresas constantemente?
?Me parece que regreso a cerca de unos cuarenta o cincuenta libro. Por supuesto a Borges con mucha frecuencia, a Marcel Schwob. De mexicanos a Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Fernando… regresó también con cierta frecuencia a autores que he traducido, como un escritor austriaco que se llama Alexander Lernet Holenia; a Leo Perutz… en fin, una serie de escritores que realmente siempre tuvieron para mi la importancia de ser autores que no importaba cuantas veces regrese a ellos, siempre tendrán algo diferente que enseñarme.

? ¿Sientes algún afinidad por los libros de crónicas y viajes de Sergio Pitol?
?Siento una enorme afinidad no solamente por los libros de crónicas, sino en general por toda la obra de Pitol, un escritor a quien le tengo un enorme cariño personal, que conmigo ha tenido una infinidad de detalles de generosidad incalificable. Creo que su obra es también una obra ejemplar, una obra a seguir.

? ¿Qué crees que aporta la crónica de viajes al lector moderno?
?Es parte de la comunicación entre dos ámbitos culturales y lingüísticos. La crónica de viajes es un ejercicio muy útil para quien quiera dedicarse a escribir. Por otra parte, si eres capaz de transmitir bien en una crónica aquello que te deslumbra de una cultura, una ciudad o una calle, podrás seducir a alguien para que también se maraville ante esa calle, ante esa ciudad, ante esa cultura, yo creo que eso es lo mas importante. Lo que aporta la crónica de viajes como las que ha hecho el propio Sergio Pitol o Juan Villoro ?que tiene un estupendo libro de crónicas de un viaje a Yucatán?, te dan una visión de otra cultura, de escritores de otra lengua, de otra literatura, en tiempo real. Cuando alguien te escribe una buena crónica sobre una ciudad como Nueva York, como es el caso de Antonio Muñoz Molina, puedes ver a través de los ojos de alguien de tu propia lengua, de una cultura mas o menos parecida a la tuya.

? ¿Cómo surge tu interés por las literaturas germánicas?
?Precisamente por la música. En 1985 hice un ensayo para la revista Casa del tiempo, sobre el compositor austriaco Alban Berg. Al documentar el escrito me di cuenta de que la cultura de Viena es fascinante, portentosa. Las escuelas modernas de las artes, del pensamiento y de las letras en Viena en el cambio del siglo XIX al XX constituyen un universo cultural fascinante. A partir de ahí me empecé a interesar en las culturas germánicas y decidí en principio estudiar alemán. Ahora puedo decir que ha sido una decisión muy importante porque a partir de enero del año próximo seré el agregado cultural de México en Viena.

? ¿Cuáles son los puntos que mas te interesan entre el español y las lenguas germánicas?
?Ambas son lenguas que tienen mucha fortaleza, idiomas de expansión. El alemán a mi me ha servido para entrar en contacto con intelectuales y académicos de países que no son germánicos. El español vive un momento de enorme expansión y creo que en ambos ámbitos hay canales que hay que seguir reforzando y construyendo. La relación entre el mundo germanófono e hispanófono no es tan fuerte como entre el mundo francófono y el hispanófobo por ejemplo. Para mi ha sido importante dedicarme a la traducción y crítica de autores alemanes porque creo que esos canales de comunicación tienen que seguir ensanchándose.

? ¿Cómo ha transformado tu conocimiento de la cultura y la literatura de los países del este de Europa la percepción de tu propio país?
?En muchos sentidos. Los cuatro libros que he publicado hasta ahora y la antología que publiqué del jurista alemán Carl Schmitt, todos los hice desde fuera de México. Me cuesta mucho trabajo escribir estando aquí. Estando fuera la percepción del país cambia desde el minuto en el que sales de él; lo ves con otra mirada, desde otra perspectiva. Te puedes dar cuenta de la inmensa potencia cultural que es México, y de la asimetría, la falta de perspectiva con que aquilatamos desde dentro del país esa potencia cultural. Aquí suceden muchísimas cosas, la oferta cultural es inmensa, la industrias culturales son de un tamaño gigantesco. Para saber realmente la clase de país que es México necesitas irte. Deberíamos en principio tener el liderazgo indiscutible de América Latina en materia cultural, que de hecho tenemos, disputado acaso con Brasil. Creo que todavía no somos concientes de lo que somos. Por eso salir es imprescindible.

? ¿En qué nivel pondrías la cultura mexicana comparada con lo que se hace en Europea?
?No es una cuestión fácil de comparar. Para empezar dentro del país hay tantas culturas como comunidades. El recién creado Foro de las Culturas de Monterrey, la Feria del Libro Infantil y Juvenil y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara son tres grandes ejemplos de acciones que tienen enorme efecto multiplicador, que ganan a la gente para el consumo cultural
En Europa, las acciones culturales, sus industrias, su capacidad productiva tiene una cobertura mucho mayor. No podemos aspirar a tener una feria del libro como la de Frankfurt o una industria editorial como la francesa. Pero pensando en nosotros mismos, lo que se ha venido desarrollando en los últimos diez años es increíble y se puede continuar expandiendo. Me parece sensacional la beligerancia que está cobrando una nueva televisión cultural; la aparición cada vez más frecuente de intelectuales en diversos medios. A mi me toco ser el primer gerente en comunicación del canal 22 y en ese momento había que dar una lucha muy importante para hacer la cultura en los medios electrónicos lo mas antisolemne posible; ahora esa lucha ya se ganó. México no necesita compararse con Europa. En todo caso, lo que sería importante es ubicar, como ya lo dije, el peso de la cultura mexicana, de las culturas que conviven al interior de nuestro país con nuestra región y que ese peso tiene que hacerse evidente, México realmente necesita reclamar y ejercer su liderazgo continental por lo menos en el sur del continente hispanoamericano.

? ¿Has descubierto afinidades entre los autores del este de Europa con algunos escritores mexicanos?
?Las afinidades vienen no tanto por la escritura, sino en otro orden de cosas. Lo más importante es que la gente del centro y del este de Europa vive una forma excéntrica de ser occidente. Lo mismo nos sucede a nosotros. Las culturas de los grandes centros de occidente como p las capitales de Europa occidental, de Estados Unidos, incluso también de Canadá nos han dejado como una especie de periferia de occidente; concretamente sobre lo que se escribe en Europa central y lo que se hace en México no creo que se pueda hacer una labor de comparación, porque vivimos momentos históricos muy diferentes. En México, la literatura que hacen los escritores jóvenes es buscar nuevas salidas. La literatura de Europa central se pregunta por lo que sucedió durante los años de regímenes comunistas. De esa región ha habido dos Premios Nobel muy recientes, Imre Kértesz en 2003 y Elfriede Jelinek en 2005, que son autores muy representativos de lo que te acabo de decir.
Lo único que podría encontrar de común es que nuestra literatura está viviendo un momento de transición muy importante al igual que la de ellos. Creo que ellos están en la búsqueda de asideros de la identidad. En el caso de México no es así.

? ¿Qué escritores tanto de Europa como de México distingues como los que están haciendo la literatura que definirá este momento en la historia de la literatura?
?No sé exactamente definir eso, porque cada quien está buscando su rumbo literario. Considerar o no válida cierta forma de practica de la literatura es un propósito excesivo, demencial. Hay escritores que buscan formas nuevas de decir situaciones nuevas. En el caso mexicano me gusta lo que hacen Javier García Galiano, Pablo Soler Frost; me interesa Ana García Bergua, Ana Clavel. Eduardo Antonio Parra es un autor al que le tengo mucho respeto.
En lengua alemana me interesa lo que hace una chica que se llama Inka Parei, que estuvo recientemente en México. Jana Hensel me parece que está haciendo cosas interesantes. En Francia hay un escritor que ya es muy conocido en México, lo conocí en España, que se llama Michel Onfray y un escritor que estuvo en México me parece que está traducido al español que se llama Claude Michel Cluny…no habría tiempo para mencionar a todos los autores que yo creo que son importantes pero lo que puedo decir es que aquellos que realmente están haciendo una labor notable no se han impuesto ser ni lideres ni guías ni modelos de sus respectivos cánones literarios, sino que mas bien están buscando por sus propios medios lo que ya comenté: decir algo nuevo, explicar o escribir, referirse, tematizar literariamente fenómenos que les parecen novedosos con una forma expresiva nueva.

? ¿Tienes algún proyecto en puerta?
?Tengo varios. El más importante es escribir un libro sobre escritores viajeros. Ahora que voy a Austria seguiré con mi trabajo sobre autores de Europa central que formaron círculos literarios importantes durante los años que van de 1885 a 1910. Me gustaría terminar un trabajo que comencé hace quince años, sobre tres grupos literarios que tuvieron vida entre 1885 y1915 en Budapest, Praga y Viena respectivamente. Eso es lo que me ocupa por ahora.