Desde sus primeros textos poéticos, Griselda Álvarez revela sus obsesiones literarias: la melancolía, la soledad, la relación de lo humano con la naturaleza y la historia de México. Algunos de estos poemas se incluyen en Cementerio de pájaros y Dos cantos.

 

 
Recital de poesía,
Palacio de Bellas Artes,
1957