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A 45 años de haber sido publicada El complot mongol (1969), novela negra escrita por Rafael Bernal, se organiza una charla en la que los autores convocados analizan y discuten los rasgos más trascendentes, así como las peripecias de Filiberto García, protagonista de esta novela: “sencilla literariamente, pero muy eficaz en cuanto a la narración de su historia”, dijo Humberto Guzmán, acerca de esta historia que encierra un complot internacional contra México. 

 

Rogelio Flores, Humberto Guzmán y Ricardo Peláez participarán en El complot mongol: 45 años, el 24 de junio, a las 19:00 horas, como parte del ciclo “Literatura en perpetua evolución”, que se llevará a cabo en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en Avenida Nuevo León 91, colonia Hipódromo Condesa, Ciudad de México. 

 

 

Humberto Guzmán está convencido de que las obras bien hechas trascienden necesariamente. “De ahí su vigencia. Además no veo qué otra novela -en el subgénero-, en México, supere la eficacia de esta. Así que tiene toda la vigencia”, aclaró. Por ello señala que alguien que es capaz de escribir una novela como El complot mongol, “nada más por eso, es digno de recordarlo y festejarlo”. 

 

Si algo caracteriza El complot mongol, dijo Guzmán, es que sigue con aplicación los rasgos que caracterizan a la novela negra, surgida de los bajos fondos de ciertas ciudades estadounidenses, con fines populares -pero auténticos- y aun comerciales. Sin embargo, “por el lenguaje usado, por los caracteres, por las reacciones e impresiones de Filiberto y de los otros personajes, es tan mexicana. Por eso hay un palabra para calificarla: es auténtica, también por eso trasciende su momento y el subgénero mismo”. 

 

Algunos de los elementos que más resaltan en esta novela para Guzmán es la personalidad del personaje Filiberto García, quien es  duro, solitario, “el de una pieza, sin ideología alguna y, sin embargo, tan ético en cuanto a su profesión. Su compromiso es tan solo con su trabajo”. El lenguaje usado en primera persona por parte del protagonista y del narrador en tercera persona también son otros rasgos a señalar, “así como la condición de mexicana sin dejar de ser novela negra, o al revés, de novela negra, sin dejar de ser tan mexicana. Es una buena novela mexicana del medio siglo y hay que leerla”, finalizó. 

 

Humberto Guzmán (Ciudad de México, 1948) estudió economía en el IPN pero se convirtió en narrador y periodista cultural. Fue alumno de Emilio Carballido y Juan José Arreola. Ha publicado las novelas Los extraños (2000),El sótano blanco (1972), Los buscadores de la dicha (1990), La caricia del mal(1998), Historia fingida de la disección de un cuerpo (1981) y Manuscrito anónimo (1975).

 

Fue becario del CME y del International Writing Program de la Universidad de Iowa. También ha colaborado en diarios y revistas como: El Búho, El Cuento, El Gallo Ilustrado, El Heraldo Cultural, IPN Ciencia Arte: Cultura, Revista Mexicana de Cultura, Plural y Revista Universidad de México.