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***Continua el ciclo de conferencias Grandes Escritores del México Independiente y Revolucionario

El escritor Guillermo Samperio reivindicó la figura de Guillén de Lampart (o Lombardo), de quien dijo, fue el precursor de la Independencia de México, más del mito y la controversia que ha envuelto a este inmigrante irlandés de ideología liberal, que viajó al virreinato de la Nueva España haciéndose pasar por hijo de  Felipe III de España, con la idea de gobernar la colonia y una vez en el poder, liberar a indios, negros y mestizos.

 

Durante la conferencia magistral que impartió en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en el marco del ciclo Grandes Escritores del México Independiente y Revolucionario, organizado por Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Samperio destacó la labor realizada por Lampart en la construcción de la literatura e identidad mexicanas.

 

***Continua el ciclo de conferencias Grandes Escritores del México Independiente y Revolucionario

El escritor Guillermo Samperio reivindicó la figura de Guillén de Lampart (o Lombardo), de quien dijo, fue el precursor de la Independencia de México, más del mito y la controversia que ha envuelto a este inmigrante irlandés de ideología liberal, que viajó al virreinato de la Nueva España haciéndose pasar por hijo de  Felipe III de España, con la idea de gobernar la colonia y una vez en el poder, liberar a indios, negros y mestizos.

Durante la conferencia magistral que impartió en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en el marco del ciclo Grandes Escritores del México Independiente y Revolucionario, organizado por Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Samperio destacó la labor realizada por Lampart en la construcción de la literatura e identidad mexicanas.

En opinión de Samperio, a pesar de que existe un mausoleo en su memoria en la Columna de la Independencia, al lado de los héroes  patrios, Lampart ha sido relegado en la historia nacional e hizo un llamado para que sean traducidas y estudiadas, las más de cinco mil páginas que dejó escritas en latín y que se encuentran bajo resguardo del Archivo General de la Nación.

 

Agregó que se le ha encasillado en el terreno del mito, sustentado en una trama llena de aventuras que le valieron el apelativo de El Zorro, pero que dejan de lado los anhelos de liberación y justicia que le llevaron a soñar con convertirse en monarca de la Nueva España, su cercanía con los indios, posturas fuera de las normas religiosas; el contrabando y tráfico de especias, el encierro, la tortura, la locura y su final en la hoguera hacia 1659.

 

El cuentista, novelista y ensayista, refirió que William Lamport, verdadero nombre de este personaje, procedía de una familia de irlandeses que luchó contra la dominación británica y que influido por esas ideas libertarias, fue hecho prisionero por los ingleses, de quienes escapó para trasladarse en un barco pirata -del que llegó a convertirse en jefe- a las costas ibéricas, donde logró relacionarse en las más altas esferas, hasta que es enviado por el rey en una misión especial, a la Nueva España.

 

Ya con nueva identidad y nombre castellanizado, en la Nueva España, Guillén de Lampart, adquiere el apelativo de El Zorro –mismo que después se adjudicaría Miguel Hidalgo, quien conocía su historia; y que en otro sentido, daría vida al personaje justiciero de novela y cine, en la California colonial-, para construir la leyenda que Vicente Riva Palacio habría de consignar en su novela Guillén de Lampart, memoria de un impostor.

 

Agregó que sobre Lampart se tejieron muchas historias, entre ellas, la del conquistador y enamorado. De él se decía que tuvo relaciones con siete mujeres al mismo tiempo y que poseía siete almas, cada una de las cuales se relacionaba de manera independiente, hecho a su juicio poco probable, pero que derivó en un primer juicio en su contra por parte de la Santa Inquisición, cuyos líderes lo odiaban.

 

Guillermo Samperio dijo compartir con Claudia Parodi, investigadora de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), la tesis de que Guillén de Lampart vivió un proceso de indianización, al igual que ocurrió con otros personajes de la talla de fray Bartolomé de las Casas, Sor Juana, así como otros escritores y políticos de la época.

 

Para explicar este proceso refirió que así como gran parte de los pobladores de la Nueva España se españolizaron a raíz de la convivencia con los peninsulares, su religión, costumbres e ideas; muchos españoles y otros extranjeros que llegaron a estas tierras, vivieron el proceso inverso denominado indianización (desde la llegada de Colón al territorio americano se le llamaba Las Indias).

 

De esta suerte, indicó que si bien Lampart tuvo una gran cercanía con los personajes más encumbrados de la colonia, también la tuvo con indígenas, hechiceros, esclavos negros. Fue así que germinó en él la idea de liberar a los oprimidos.

 

Samperio señaló que tras un primer intento de rebelión fallido, del que resultó preso y torturado en las cárceles de la Inquisición, donde pasó cuatro años hasta escapar, trató de reorganizarse y encabezar una nueva revuelta que fue sofocada en pocos días con facilidad. Volvió a la cárcel en una condición de locura y fue sentenciado a morir en la hoguera en 1659.

 

Por último, Guillermo Samperio afirmó que sin duda, Lampart fue objeto de una gran paradoja: la de ser famoso como héroe latino, justiciero y romántico, en una patria distinta a la suya, con otro nombre, otra cara y otra historia.

 

Fuente: Conaculta