Max Rojas, poeta de tragedia y luz, en Protagonistas de la Literatura Mexicana

*** Reconocerán en el Palacio de Bellas Artes la trayectoria del escritor, ganador del Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2009

*** La creación poética, acto doloroso y gozoso a la vez, afirma el escritor

El ciclo Protagonistas de la Literatura Mexicana de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA busca situar a diversos personajes de nuestras letras en el escaparate del reconocimiento a su loable trabajo. En esta ocasión, la obra y trayectoria del poeta Max Rojas será reconocida este domingo 5 de junio a las 12:00 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. El acto contará con la participación de María Cruz Bravo, Iván Cruz Osorio y Max Rojas.

Autor solitario, como él mismo se define, Max Rojas ha estado alejado de los reflectores literarios, sin embargo su poesía cuenta con una legión de fieles admiradores. Considerado autor de culto a partir de sus dos primeros libros El turno del aullante (1983) y Ser en la sombra (1986), la voz poética de Max Rojas guardó silencio por 30 años, para hacerse escuchar de nuevo en 2008 con el libro Memoria de los cuerpos, con el cual obtuvo el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2009.

*** Reconocerán en el Palacio de Bellas Artes la trayectoria del escritor, ganador del Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2009

*** La creación poética, acto doloroso y gozoso a la vez, afirma el escritor

Con la aparición de Memoria de los cuerpos, Max Rojas inició la edición del largo poema Cuerpos, formado por más de tres mil versos distribuidos en más de 25 libros, algunos de los cuales han aparecido ya en editoriales independientes.

En el largo sendero recorrido por la poesía de Max Rojas, su voz ha transitado por la tragedia y desgarramiento de sus primeros libros a cierta luminosidad oracular del ciclo compuesto por Cuerpos. Así, por ejemplo el dolor de la existencia y el acto creativo se dejan escuchar en El turno del aullante, donde la voz poética emerge como expresión agónica que clama: “Descalabrado del lenguaje —y luego, / con quién hablar si a nadie/ le importa mi gritada (…) y más que hablar/ lo que me cuaja en la garganta es un aullido/ y una ardición de las que escaldan la huesera…” En contraste, en los poemas de Cuerpos, la voz del poeta enfrenta ahora el desasosiego con una estoica sonrisa: “La única solución es carecer/ de solución para cualquier asunto/ e irse a trombonear/ alegremente”.

Para Max Rojas, tal oscilación en su poesía es producto inherente al mismo acto creativo, el cual afirmó, “es un acto doloroso, pero a la vez es gozoso”. A la vez admite un cierto desconcierto ante el fenómeno, pues aunque se considera de carácter tranquilo, la tragedia irrumpe inevitable en su obra.

“Tuve una infancia, una juventud y, ahora, una senectud tranquila y para nada desgarrante, al contrario, presumo de tener muy buen humor. Así que esto, no tengo en claro a qué se debe, a menos que nacido yo bajo el signo de géminis tenga un gemelo optimista y un gemelo que tiende a lo trágico”, expresó el poeta.

Sobre Cuerpos, su magna obra apenas en proceso de publicación, Max Rojas señaló que es un intento por crear una obra totalizadora, pero que a la vez es arduo tratar de definirla. “Cuerpos es en cierto sentido un libro de amor, pero también, ya con la perspectiva de los años, un libro de los desamores que no pudieron ser. Es un libro de la luz y un libro de la oscuridad, es un amasijo de visiones, de ideas que se fueron plasmando en estos tres, cuatro años que tardé en escribirlo”, explicó el autor.

Cuerpos, se construye como un discurso totalizante donde el poema, cuerpo y cosmos se funden en un absoluto. Este canto totalizante, explicó Max Rojas, inició primordialmente como un canto al cuerpo de la mujer amada, pero después fue creciendo por sí mismo y detalló: “Cuerpos es un canto a la luz, a la belleza de la mujer, es un canto de amor a la totalidad digamos, pero en el transcurso de ese poema, aparecieron muchos aspectos que yo no me imaginaba que tenía guardados en algún lugar, el lado sombrío no de mí, sino del mundo, de este caos que vivimos en estos días”.

Inmerso en la escritura de Cuerpos durante los últimos cuatro años, el libro parecía extenderse al infinito, sin embargo, ante tal perspectiva, Max Rojas decidió simplemente dejar de escribirlo, como si el poema amenazara con controlar al poeta. “Me hartó, pero lo podía haber seguido escribiendo indefinidamente, en algún momento pensé que iba a ser un poema interminable, y lo podría haber sido, pero ya me cansó y lo dejé ahí, sin un punto final y sin una coma y sin nada”, reveló el autor.

Y si alguien ha definido a Cuerpos como un poema oracular, Max Rojas señaló que eso quizá surge de su convencimiento de la necesidad de rescatar al poeta como profeta. “Yo no me concibo como vidente o profeta hacedor de oráculos”, admitió el escritor, “pero sí, es muy probable que haya algo de todo eso en ese poema”.

Finalmente, Max Rojas expresó su satisfacción por el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer y su participación en Protagonistas de la Literatura Mexicana, ello, a pesar de no ser un poeta de multitudes: “He sido un poeta solitario y el hecho de que ahora, pese a ser una persona solitaria, terrible, se me reconozca, es motivo de una enorme satisfacción”.

Max Rojas (Ciudad de México, 1940). Poeta, ensayista y crítico literario. Perteneció al Sistema Nacional de Creadores en los periodos 2006-2009 y 2011-2013. Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2009. Es autor de los libros de poesía El turno del aullante (1983); Ser en la sombra (1986); Cuerpos uno: Memoria de los cuerpos (2008); Cuerpos dos: Sobre Cuerpos y Esferas (2008); Cuerpos tres: El Suicida y los Péndulos (2008); Cuerpos cuatro: Prosecución de los naufragios (2009); además de la novela inédita Vencedor de otras batallas.