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  • Recibió el Premio Villaurrutia de manos de la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda
  • El acto se llevó a cabo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes 

La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, hizo entrega del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2012 a la poeta, ensayista y narradora Myriam Moscona, quien lo recibió por su libro Tela de sevoya. 


En la ceremonia, realizada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, “por excelencia, la sala de los escritores”, la titular del INBA expresó su beneplácito por celebrar ahí la entrega de Myriam Moscona a la literatura y su gran talento, “revitalizado en su libro Tela de sevoya".

 

Aseguró García Cepeda que una parte fundamental de la historia de las letras mexicanas está en las casi seis décadas del Premio Villaurrutia: “Por su tradición, su permanencia, este galardón es uno de los más preciados por los autores en México, y el INBA se congratula de estimular la creación literaria través de este reconocimiento”, dijo. 


Felicito –expresó la directora general del INBA —a Myriam Moscona, quien a través de su libro Tela de sevoya, “orgullo de las letras mexicanas, recupera para sí y para nosotros a su familia, sus raíces, su lengua y, en suma, su cultura”.

 

Acompañaron en la mesa a la ganadora del premio Jaime Labastida y Alicia Zendejas, presidente y secretaria, respectivamente, de la Sociedad Alfonsina Internacional y los miembros del jurado Angelina Muñiz-Huberman y Sergio Mondragón. 


En Tela de sevoya, una mexicana viaja a Bulgaria en busca de la casa de sus padres, de su historia y del ladino, la lengua familiar que los judíos sefardís se llevaron consigo de la España medieval. Entrevera anécdotas, dolorosos episodios de infancia, sueños, poemas, testimonios, así como diálogos con una abuela “mal encarada” y hablante de aquella lengua.

 

La novela nació en un viaje de la poeta a Bulgaria en busca de la identidad familiar y encontró en el ladino su tema para incursionar en la narrativa. “El ladino es el alma de Tela de sevoya, no es una lengua en desuso, posee una belleza como una escala musical.” Puntualizó Moscona: “Cuando una lengua muere, desaparece no solo una lengua, sino una visión del mundo".


 Y luego retomó las palabras de la escritora María Zambrano: “Para salir del laberinto de la perplejidad y del asombro, para hacerme visible y hasta reconocible, permitidme que una vez más acuda a la palabra luminosa de la ofrenda: la palabra gracias". 


Alicia Zendejas saludó a Moscona “con mucha envidia y no de la buena”, y señaló que en su libro ganador la autora dice que la historia sirve para lo mismo que sirven el arte y la música, la poesía, las flores, la religión y la filosofía: para dar nuevas dimensiones a la vida misma, para nutrir y reavivar las facultades de la mente”. 


Por su parte, Sergio Mondragón comentó que fue un placer participar en el jurado del Premio Villaurrutia y que el libro de Myriam Moscona “estuvo siempre en nuestra consideración casi desde el principio del largo y arduo proceso de lectura y deliberación.” Expresó que encontró en él “una escritura clara, inteligente y ágil, un hábil e interesante entrecruzamiento de géneros, una historia cuyo personaje principal era el lenguaje”. 


Jaime Labastida leyó el acta del jurado, en la que se señala que el premio se entrega “por unanimidad, por las cualidades de la obra, entre ellas, la combinación de géneros literarios (narrativa, ensayo, poesía) para narrar la vida de su autora".