- Julio Cortázar, pilar de la tradición cuentística latinoamericana
- A cien años del nacimiento del autor de “Casa tomada”
- Martes 3 de junio, 19:00 horas, Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia
Pocos escritores latinoamericanos han alcanzado la difusión y aceptación que Julio Cortázar tuvo y sigue teniendo, sobre todo en el ámbito del cuento. En esta actividad especial, a cien años del nacimiento del escritor argentino, se comentará la influencia de su veta literaria, que ha marcado un hito y que lo colocó no solo como pilar de la tradición cuentística argentina, sino latinoamericana.
Entre los participantes en la charla 100 Años cortazarianos. Médula y transgresión del cuento cortazariano, participará Jezreel Salazar, quien, al comparar a Cortázar con sus pares, asegura que solo algunos relatos de Borges, Quiroga, Rulfo y García Márquez pueden competir, en el sentido de la fama, con cuentos como “Casa tomada” o “Continuidad de los parques”. Y esto se debe, en principio, a su “capacidad para ser el heredero más visible del cuento tipo Edgar Allan Poe. No en balde Cortázar hizo la traducción de la obra completa en prosa del escritor estadounidense”, comentó.
Esta mesa organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), estará compuesta por Alejandro Arteaga,Jezreel Salazar y Lilián López Camberos, con la moderación de Marina Porcelli. Se llevará a cabo el 3 de junio, a las 19:00 horas, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en Avenida Nuevo León 91, colonia Hipódromo Condesa, Ciudad de México.
El universo literario de Cortázar si bien se encuentra poblado por personajes complejos y situaciones complicadas, “resultan asequibles para cualquiera”.
El argentino escribió relatos donde conviven distintas temporalidades (como en “La noche boca arriba”), o espacios disociados (como en “Lejana”), e identidades en crisis (como en “Axolotl”). Y a pesar de ello, no resulta exasperante para el lector, más bien afianza el modo en que la intriga se desenvuelve y atrapa al lector. “Por todo esto, Cortázar no solo ha sido un autor de gran repercusión en el subcontinente, sino también un escritor difícil de imitar”.
Entre lo fantástico y lo lúdico, están las dos maneras que Jezreel Salazar destaca de la propuesta literaria del escritor argentino, “los dos moldes básicos de la escritura cortazariana”, como los llama él y, que dice, se encuentran principalmente en los libros Bestiario e Historia de cronopios y de famas. Entre estos dos estilos, “hay mecanismos para producir irrupciones sobre formas de vida demasiado acotadas y restrictivas”, aseguró.
Vista así, su obra muestra “un afán de rebeldía frente a quienes resguardan el orden, frente a cualquier tipo de ejercicio de la opresión. Se trata de ficciones que enarbolan una bandera plenamente libertaria”. Y si se quiere ver de manera más específica, el ‘mapamundi’ de Cortázar estaría ubicado entre dos cuentos, polos contrarios: ‘Carta a una señorita en París’ e ‘Instrucciones para subir una escalera’, que integran dos formas extremas del relato que practica Cortázar”.
Si en su veta cuentística se notan tradiciones tan disímiles, como la herencia de la literatura anglófona y el surrealismo, que parecieran dos ideologías irreconciliables, Cortázar logra unirlas. “Quizá su mayor aporte al cuento sea ese: vincular el realismo psicológico con la dimensión fantástica. Fue su modo de renovar ambas tradiciones”.
Jezreel Salazar obtuvo el Premio Nacional de Ensayo “Alfonso Reyes” por su libro La ciudad como texto. La crónica urbana de Carlos Monsiváis (2006), y el Premio Nacional de Crónica Urbana “Manuel Gutiérrez Nájera” por su libroSentido de fuga. La ciudad, el amor y la escritura (2009). Recientemente compiló el libro La conciencia imprescindible. Ensayos sobre Carlos Monsiváis (2009).