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Farabeuf, interpretación al gusto

? En una ocasión en casa de Inés Arredondo, Guillermo Sheridan le  preguntó a la escritora si algún gringo estudiaba su obra y él refirió una anécdota en la que contaba que Elizondo tenía los suyos y se dedicaba a darles, como un niño travieso, pistas falsas... ¿Hablamos de Farabeuf?
? No, no, (sonríe apenado), no se les puede decir mentiras a los gringos porque se documentan muy bien y van a la universidad (Ríe  otra vez). Lo que digo no son mentiras, son explicaciones alternas. Han pasado 30 años de Farabeuf. Cuando lo publiqué, intenté explicármelo aunque no es fácil que uno explique teóricamente su propia producción en el momento mismo en que se genera, es una limitación de época, diría. Las teorías las descubre uno a  posteriori. Desde hace 30 años tengo interesados en saber de Farabeuf y son personas dedicadas al estudio de diferentes disciplinas: gente que estudia lingüística, fotografía, todas las materias de que trata Farabeuf, especialistas en chino, cinematografistas. Ya la vendí una vez para que hicieran una película, cosa que es imposible. Y cada vez que vienen pues les doy la explicación que se me ocurre en el momento. Porque nunca he pensado ese libro como un sistema específico de aproximación a la literatura. Ni tampoco copié sistemas, estaba más o menos influido por mis lecturas, por las películas que veía, claro alguna influencia se transmite. Pero de  eso a que haya tenido una teoría especial, pues no. Era verter, más o menos de acuerdo a un sistema muy general de hilación, impresiones, para que se empezara a formar un montaje..., pero ahora ya le estoy empezando a dar otra explicación que se me esta ocurriendo en este momento. Me veo obligado a darle una explicación adecuada al interés de cada quien. Les doy gusto y me adecuo a su interés. Si me viene a preguntar un fotógrafo pues le doy una explicación de orden fotográfico, porque han pasado tantos años que ya tengo la explicación fotográfica también, la literaria o la puramente psicoanalítica, metafísica o según... sinológica, histórica, geográfica...de todo. Pero lo más importante es la lectura del libro. Yo he leído el Finnegans Wake en ediciones anotadas, y me resulta muy molesto entender tanto. Prefiero seguirme leyendo, nada más admitiendo o absorbiendo ese mar de palabras que a mí me dicen mucho aunque no les entienda. La cuestión es irse de corrido, sin subrayar. A veces pienso que  uno se detiene y subraya por snobismo.

? Farabeuf es una novela que la crítica mexicana más seria ha calificado como perfecta...
?La perfección y su ideal es una marrullería. Wilde es uno de los promotores de esa idea falsa que considera al artista y su obra como productos perfectos. A mí es lo que menos me interesa. Yo no puedo decir nada parecido de ninguno de mis libros. Creo que Farabeuf impresionó mucho, a mí también, pero ni con mucho creo que sea el mejor, al menos en la medida del esfuerzo dedicado a su factura.

? Pero es el más leído...
?Sí, la gente lo lee por la mala fama que tiene, por el morbo de los lectores que no resisten enfrentarse a una lectura que ha sido anunciada como árida, difícil, hermética. Hay muchos lectores que quieren probar su inteligencia "descifrando" libros como Farabeuf, que no es nada accesible, digamos (ríe).

? Cada explicación del libro será siempre nueva, pero si hace memoria y me habla de sus primeras intuiciones para ese texto...
?Lo intento, pero esa memoria ha sido falsificada por un conjunto de memorias sucesivas, cada una de las cuales aparece como la primera memoria, según el caso, el interés y la profesión del interlocutor. Pero le diré que hay motivos de composición que hacen técnicamente posible literariamente combinaciones que no tienen un origen literario. Por ejemplo, el montaje cinematográfico. Leí los trabajos de Einsenstein, que la mayoría cree que tratan de cine, pero su fondo es el problema de la creación artística. Me fascinaba la aventura de Einsenstein en el terreno del montaje: la unión de dos imágenes es capaz de producir una tercera de carácter abstracto. Ese es también el mismo principio que sostiene la narración en la película de Alain Resnais, El año pasado en Marienbad, que tanta gente señala como una influencia decisiva en Farabeuf, pero que en realidad se trata de una coincidencia afortunada. La coincidencia real que encontré fue con el principio de montaje einsensteniano y el carácter abstracto que posee la escritura china. Hay que distinguir el principio del montaje que consiste en juntar, con el de volver dos cosas iguales. El arte de la igualdad es un arte arábigo, occidental que se llama álgebra y se expresa a través de una ecuación. Para un poeta es relativamente demostrar la identidad entre dos objetos como una paloma blanca y una rosa blanca, por ejemplo. Es un principio que me interesó, que ya no me interesa y que consideró agotado desde hace mucho tiempo en occidente. Pero el montaje y la escritura china son otra cosa. Durante mucho tiempo estuve dedicado al estudio de la escritura china en el Colegio de México. Además de que uno de los motivos permanentes de fascinación es el I Ching, el libro de las mutaciones. En Farabeuf está también mi pasión por la medicina (ahí está el célebre manual de técnicas operatorias del Doctor Farabeuf) combinada con motivos eróticos (Bataille) y sacrificiales que me vienen de muchas partes. Debo mencionar Les larmes d'eros, que describe con frenesí, las relaciones amorosas, no siempre claras, entre un hombre y una mujer.

?Hay quien atribuye su pasión por la fotografía a su relación con la fotógrafa Paulina Lavista, a quien, según sé, conoció después de escribir Farabeuf...
?Es cierto, pero el trabajo de Paulina no influyó en mi novela. Creo que en un principio fue un poco al revés. Pero la fotografía me interesa como a todo el mundo. Mi interés básico en la fotografía consiste en tomar fotos durante las reuniones familiares o en vacaciones. Nada más. También me dediqué mucho a la pintura, pero mi falta de talento me confirmó que debería seguir en la literatura, que era la actividad que más atendía. Además la fotografía del suplicio chino que refiero, ¿no le fascina también?

? Su literatura se asocia a las búsquedas de La nueva novela francesa... sin embargo el tiempo cobra un nuevo valor ("se quiere forzar el pasado, traerlo retroactivamente, protestar contra lo irreversible. La vida no tiene contenido más que en la violación del tiempo")...
? Siempre fui un detractor de esa búsqueda. Lo que me interesaba en Farabeuf no era la descripción morosa y detallada de los objetos, sino su repetición en el marco de una permanente confrontación con el tiempo. La repetición y sus variaciones (un suplicio chino, un paseo por la playa y una cita de un hombre y una mujer en una casa de París), muchas veces simbólicas, son una constante que no veo en el noveau roman. Hay también una idea de totalidad que está dada por el efecto abstracto que produce la escritura china en la mente del lector

? El sueño es otro de los valores que lo distancian de esa búsqueda francesa...
?El sueño es muy importante, pero hay un mecanismo muy parecido que es el fluir de imágenes como si se tratara de un cine mental, que es perfectamente posible hacer discurrir en una corriente de escritura. Además los procedimientos de la memoria y el olvido crean a veces sensaciones tales como la del recuerdo vago de una película que se ha visto hace mucho tiempo, como también sucede con los sueños, que son fragmentarios y cíclicos,  como sucede con el cine.

? Ha hablado de escritura mental, ¿qué hace con ella, para qué sirve, la práctica en los transportes públicos?
? (Ríe) No es vacile, la escritura es posible hasta en la calle. Hay que pensar y escribir primero en la cabeza si no se hace de esa manera es muy difícil emprender una escritura fluida sobre la máquina. Por lo general todo lo anoto en el cuaderno que corresponde a la indagación del momento. Lo que no encuadra ahí, lo llevo al diario

? Hay quien han empezado a leer Farabeuf varias veces infructuosamente, algunos con el tiempo logran concluirlo y  entenderlo...
? Eso me ha dicho mucha gente, y yo me pregunto si no salió demasiado pronto. Algunos críticos lo están redescubriendo como un libro más de este momento que del pasado. Lo mismo sucede con El hipogeo secreto. La gente, los críticos lo leen en función de  la explicación del mecanismo, pero el mecanismo no se puede explicar, son muchos, y actúan contrapuestos. Creo que a estas alturas se han escrito más páginas sobre Farabeuf que las que  contiene el libro.

? Alguna vez declaró que no aspiraba a una prosa expositora, ni lógica ni discursiva, pero si a una escritura muy cercana a la original textual mental... aspira a cumplir el mismo propósito que  se realiza en el Ulises...
? Sí, pero lo que pasa es que yo estoy imposibilitado para hacer eso por la lengua, porque la lengua española es muy artificial. No pensamos como Góngora. Pero tenemos un lenguaje como el de él, tal vez demasiado sonoro para transmitir una cosa que no tiene  sonido.

? Su segundo libro, Narda o el verano, al parecer no tenía conexión alguna con Farabeuf, es como un puente entre este y El hipogeo secreto. De Narda inclusive se hizo una película...
? Sí, se filmó con tan mala fortuna que prefiero olvidarlo. Lo único que los enlaza es un conjunto de transcripciones a la escritura de imágenes que tienen lugar en el cine. Por ejemplo la utilización de figuras comunes al cine como el planteamiento de tomas subjetivas realizadas desde dos puntos de vista invariables. Alguien ve a otro, que a su vez también mira al que mira, sin ninguna mediación tercera. Son dos subjetividades enfrentadas. En cine se llama campo y contracampo. En el lenguaje televisivo le llaman ahora contratoma. ¿Cómo hacer eso literariamente?: Narda o el verano es una de las posibles respuestas.