• "Es un honor que me hayan concedido esta medalla, no sólo por el trabajo sino por el cariño que siento por la institución”
  • Más de cincuenta años de carrera respaldan al autor de Tantadel
  • Participará el también escritor Óscar de la Borbolla

 

Más de cincuenta años han pasado desde que René Avilés Fabila frecuentaba el taller literario de Juan José Arreola, y que junto a los entonces nóveles escritores José Agustín y Parménides García Saldaña, serían catalogados como una generación rebelde. “Todos conservamos un espíritu rebelde y hasta contracultural. La sociedad pesa mucho y de alguna manera se asimila, pero creo que esa fue una característica generacional, una actitud de rebeldía, de ser distintos, de querer transformar al mundo”, dice el escritor en entrevista para la Coordinación Nacional de Literatura.

 

La carrera de René Avilés Fabila comenzó alrededor del año 1960. Su primera novela, Los juegos (1967), fue objeto de críticas y denostaciones debido al carácter contestatario de la obra. Posteriormente seguirían en su producción varias novelas, cuentos, libros de memorias y ensayos, de los que él mismo prefiere resaltarTantadel (1975)El reino vencido (2005) y El amor intangible (2008), aunque también acepta que mucho de su prestigio se lo debe a El gran solitario de Palacio(1971).

 

René Avilés Fabila llegará a la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes este miércoles 1 de octubre a las 19:00 horas, para recibir la Medalla Bellas Artes, como reconocimiento a su trayectoria como divulgador, periodista y gestor cultural, en una ceremonia en la que participará el también escritor, Óscar de la Borbolla.

 

Desde 1993 este reconocimiento se otorga a creadores, intérpretes y destacados personajes de la cultura de México, como distinción por el desarrollo de un trabajo artístico con un claro impacto en beneficio de la promoción y la difusión de las artes en el país.

 

“Es un honor que me hayan concedido esta medalla, no sólo por el trabajo sino por el cariño que siento por la institución. Independientemente de mi trayectoria literaria, periodística y cultural en general, yo he estado muy vinculado desde mi niñez a Bellas Artes, ahí di mi primera plática formal cuando José Luis Martínez era director y ahí participé en un ciclo legendario: ‘Los narradores ante el público’”, memora.

 

Una de las principales influencias de Avilés Fabila fue Juan José Arreola, pues además de haber sido su alumno, con él comenzó a ejercer el periodismo en la revista Mester. Además de José Agustín y Parménides García, otro integrante de ese grupo que se dio a conocer por su actitud contestataria fue Gustavo Sáinz. “Es una historia vieja, todos fuimos de alguna manera alumnos de Rulfo y Arreola, hay una historia común bonita. Tenemos los mismos amores y las mismas aversiones”, señala.

 

Desde joven comenzó escribiendo artículos, entrevistas y notas bibliográficas para el periódico El Día. A partir de ahí su incursión en diversos diarios comenzó a ser mayor: formó parte de la revista Siempre!, de la Revista mexicana de cultura y del suplemento cultural de El Nacional, donde conocería a Juan Rejano, quien considera su más acabado maestro de periodismo, según ha confesado.

 

“Bellas Artes conmigo fue una institución muy generosa. Así como he sido jurado de sus distintos concursos, también era yo enviado a dar pláticas y conferencias a distintos puntos de la República. Puedo decir que la mitad del territorio lo recorrí representando a Bellas Artes dando pláticas sobre literatura. Mi relación con ellos, con la institución, es realmente de un gran cariño”, finalizó.

 

De entre la vasta obra de René Avilés Fabila, quien nació en la ciudad de México el 15 de noviembre de 1940, se encuentran Los juegos (1967), Hacia el fin del mundo(1969), Tantadel (1975), Lejos del Edén, la Tierra (1980), Réquiem por un suicida(1993), Borges y yo (1991), Catálogo de sorpresas (1996), De sirenas a sirenas (2010). En 2011 el INBA le rindió un homenaje por sus 50 años de trayectoria como escritor y sus 70 años de vida.