alamo de poesia

  • Compila el trabajo de autores como Eduardo Lizalde, Jaime Labastida, Gabriel Zaid, María Rivera, Dana Gelinas y Beatriz Espejo, entre otros
  • Participaron los escritores Porfirio Romo Lizárraga, Mario Bojórquez y Alí Calderón

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de   Literatura (CNL), presentaron la colección Álamo de poesía, años 2020, 2021 y 2022, este martes en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Moderados por Porfirio Romo Lizárraga, director de Lectorum, los autores Alí Calderón y Mario Bojórquez integraron la mesa de presentación, la cual abordó detalles acerca de la colección —editada a iniciativa del poeta, ensayista y novelista Rogelio Guedea—, que reúne a 10 poetas contemporáneos.

El director y cofundador de la casa editorial expresó que el compendio incluye la obra poética de Eduardo Lizalde, Jaime Labastida, Marco Antonio Campos, Gabriel Zaid, Beatriz Espejo, María Rivera, Dana Gelinas, Heriberto Yépez, Mario Bojórquez, Héctor Carreto y Alí Calderón.

“Rogelio me planteó el proyecto de una colección de poesía con autores mexicanos vivos y de gran relevancia. Producto del trabajo de Guedea; fueron   apareciendo antologías con una muestra representativa de la obra de 10   poetas mexicanos, siempre en busca de la calidad literaria”, indicó Romo al respecto.

El también escritor y editor señaló que este trabajo editorial, detenido en abril de 2020 debido a la contingencia sanitaria, retomó sus actividades un año y medio más tarde para completar la colección de volúmenes que reúne una muestra de la poesía actual en México, por lo cual, dijo, es una instantánea de un momento histórico del país. 

“En 2019 iniciamos con Los fulgores del tigre, de Eduardo Lizalde. En abril de 2020 hicimos un receso. A finales de 2021 la colección reinició con la fascinante poesía de Mario Bojórquez y su antología El fuego es mi nombre exacto, y la cerró Alí Calderón con su poesía, señalándonos que, a pesar de que el lenguaje está en constante cambio, la esencia del hombre permanece intacta como la de aquellos que inventaron un código de símbolos, fundaron los cimientos de la civilización, tal como hoy la conocemos”, refirió Romo.

Alí Calderón, en tanto, destacó que la colección Álamo de poesía retoma la iniciativa editorial de reunir y delimitar trabajos poéticos de diversos autores, misma que, a pesar de que los primeros 15 años del siglo mantuvo gran auge, en años recientes pareció perder fuerza.

“Lo que hace Guedea con Álamo, ante el riesgo de aceptar acríticamente el presente, es leer a contrapelo. Un nuevo corte de caja a contrapelo, que significa reconocer, por ejemplo, que el movimiento pendular es una descripción artificial del funcionamiento de la literatura, no su condición fundamental, y que el lenguaje crítico emanado de esas tensiones no alcanza a cubrir las necesidades interpretativas de la poesía de hoy.

Por ello, me parece que Guedea entiende que un poema, ante todo, es un llamamiento y la propuesta estética de cada autor, un modelo de consciencia; desde ese lugar es que se construye esta colección de poesía”, explicó.

Mario Bojórquez indicó que este tipo de libros y colecciones se publican en   este momento como una apuesta crítica mayor. “Aquí   hay   un procedimiento nuevo, al que no estamos acostumbrados y tenemos que valorar el impacto que tiene en el lector”.

Bojórquez, quien en 2007 fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, subrayó también que cada uno de los autores reunidos por Guedea en esta colección tiene sin duda una obra importante para la poesía mexicana, por lo cual debe ser motivo de celebración el trabajo especializado que el compilador hace en la colección. “Leer una tradición poética es una actividad compleja. Valorar críticamente estas lecturas y organizar un corpus legible y compartible con otros lectores, requiere además una sensibilidad especial, un conocimiento del ambiente anímico de una tradición literaria, una noción certera de la oportunidad de una visión en la literatura”, puntualizó.

Los poetas que integraron la mesa de presentación compartieron con los asistentes—entre quienes estuvieron los escritores Beatriz Espejo y   Alejandro   Ordorica— la lectura en voz alta de diversos poemas que conforman la colección, como algunos fragmentos de El tigre, de Eduardo Lizalde; La ofrenda, de Gabriel Zaid; Autobiografía, de Heriberto Yépez, y Pero en serio valió la pena, de Marco Antonio Campos.