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  • Elena Poniatowska, Laura Ramírez y Carmen Gaitán participaron en el homenaje virtual a la autora de Novia que te vea

Como una escritora de gran sensibilidad e inteligencia emocional, autora de personajes valientes y libres, y relatora de páginas memorables fue descrita la narradora Rosa Nissán en el homenaje virtual que le rindieron la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) este 15 de junio, a través de Facebook de la Coordinación Nacional Literatura.

En la ceremonia virtual, Rosa Nissán comentó que cruzarse con Elena Poniatowska fue una gran fortuna que le cambió la vida: “Cuando llegué al taller de Elena no tenía ninguna aspiración de ser escritora, pero le agradezco que hizo de mí una escritora. No tuve un modelo de vida antes y me dije: como esta mujer quiero ser.

“Nadie me preguntó, cuando era chica, qué iba a ser de grande. El destino era casarme, ser mamá y abuelita. Es una lucha que tenemos que enfrentar todas las mujeres para comprometernos con nosotras mismas. Trato de llevar a las mujeres a su vida propia. Quiero tener tiempo en la vida para aclarar el tema de la maternidad, porque las mujeres estamos atrapadas en una estructura patriarcal, y a través de la maternidad nos esclavizamos. Se nos exige ser una buena madre, y no una buena mujer con nosotras mismas”, concluyó la autora de Tres viajes de una mujer: a los 50, 60 y 70 años (2017).

Elena Poniatowska, quien fue maestra de Rosa Nissán en un taller en el que sustituyó a Rosario Castellanos —cuando fue nombrada embajadora de Israel—, recordó que “Rosita” llegó a sus clases con una personalidad única. Le llamó la atención su capacidad de ir hacia la libertad y de volar: “Rompió tabúes, la vi como una abanderada, como una mujer capaz de descubrir y de jugársela en la vida. Desde un principio me conmovió y se volvió la más entrañable de mis alumnas”.

La también ganadora del Premio Cervantes 2013 agregó: “La sensibilidad de Rosita, su inteligencia emocional que es enorme, su capacidad de ver a los demás, su protección de sí misma para no caer en la autodestrucción en la que caemos muchas veces las mujeres, que ante los obstáculos decidimos eliminarnos, es una lección para la literatura mexicana y para todas las mujeres”.

La subdirectora general de Bellas Artes, Laura Ramírez Rasgado, comentó que Rosa Nissán es distinta a todas las escritoras de México y tal vez del mundo, porque es una mujer libre: “Prejuicios, convencionalismos, impedimentos y prohibiciones con los que se nace al ser mujer fueron eliminados en su andar y su historia personal. Su lucha por romper con las trabas se fue expresando con un arma poderosa como la literatura. Logró atreverse a soñar y a imaginar, al plasmar en sus textos íntimos un reflejo de sí misma.

“Sus personajes novelados son valientes y libres. Buscan la reivindicación de los derechos de la mujer, en el marco de una significativa identidad sefardita, para entenderse e identificarse. Medita sobre el menester de ser dueña de su vida y de su cuerpo”, comentó Ramírez Rasgado.

Por su parte, Carmen Gaitán se refirió a la autora como la amiga, escritora, guionista, relatora de páginas memorables y la incansable tallerista. “Rosa supo encarar al mundo y voltear la espalda para ser ella misma. Hizo del cautiverio un mundo aparte y supo que escribir está relacionado con lo más profundo de la persona. Su sabiduría interna fue decisiva.

“Su ojo de fotógrafa registró todo con minucia, hasta el menor detalle. Emprendió el vuelo, armada de una voluntad férrea, para mirarse a sí misma y romper lanzas contra viento y marea. Hoy ocupa un lugar en las letras mexicanas. Esta mujer libre va poblando todos los días con su colorido atuendo y con su gracia, como un hada mágica que vuela por la colonia Condesa”.

Formadora de escritores

Rosa Nissán nació en la Ciudad de México el 15 de junio de 1939. Estudió periodismo en la Universidad Femenina de México. Ha coordinado varios talleres literarios de novela desde hace más de 15 años en la Casa Universitaria del Libro, la Casa del Lago, la Universidad del Claustro de Sor Juana y el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del INBAL, entre otras instituciones.

Es autora de Hisho que te nazca (1996), Las tierras prometidas: Crónica de un viaje a Israel (1997), No sólo para dormir es la noche (1999), Los viajes de mi cuerpo (1999), la trilogía Tres viajes de una mujer: a los 50, 60 y 70 años; Me viene un modo de tristeza (2019), prologado por Elena Poniatowska, y ¿Cuántas rosas hay en un rosal? (2019), su obra más reciente. Entre los reconocimientos que ha recibido está el Premio Ariel León Dultzin (1994) de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas en México.

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