Javier Garciadiego

  • En charla virtual participaron Georgina García Gutiérrez Vélez, Arcelia Lara Covarrubias y Javier Garciadiego

El plano oblicuo (1920), el primer libro de relatos que el prolífico Alfonso Reyes escribió entre 1910 y 1914, publicado en Madrid, fue el tema de la conversación virtual en la que participaron las especialistas Georgina García Gutiérrez Vélez y Arcelia Lara Covarrubias

La mesa, organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), fue moderada por el titular de la Capilla Alfonsina, Javier Garciadiego, y transmitida por los perfiles de Facebook de esta sede y de la Coordinación Nacional de Literatura, en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”.

La doctora en Lingüística y Literatura hispánicas por El Colegio de México, Georgina García Gutiérrez Vélez, afirmó que El plano oblicuo es uno de los libros más importantes de Alfonso Reyes, del cual se celebraron 100 años de su publicación en octubre de 2020.

“Mantiene ese espíritu juvenil e ímpetu de conocimiento por asomarse a todas las artes, de probar con todos los géneros literarios, es una obra riquísima. Es un texto precursor, como el mismo Alfonso Reyes: se adelanta a estéticas, a vanguardias y escribe un libro en momentos difíciles mientras vive en Madrid”, detalló.

Arcelia Lara Covarrubias, quien se doctoró en Humanidades por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa con la tesis El concepto de ficción en la teoría literaria de Alfonso Reyes, expresó sobre la obra centenaria: “(Reyes) Dejó una muestra de su obra narrativa en donde también podemos ver el gusto con que escribió sus ensayos y contó anécdotas o pasajes de su vida. El plano oblicuo nos deja ver al gran conversador, quien plasmó estos 11 relatos de diversa contextura, aunque con características recurrentes”.

En la obra, escrita por el regiomontano universal cuando trabajó en el Centro de Estudios Históricos de la capital española, se encuentra La cena, cuento considerado por la crítica especializada como “una obra maestra”.

Gutiérrez Vélez especuló sobre las fechas en que fueron escritos éste y los demás relatos: “Se podría pensar que fueron inspirados en México, y uno en Francia; y no necesariamente por el año de su publicación tendrían que haber sido concebidos en su estancia en España”.

Arcelia Lara expresó que El plano oblicuo es el trabajo de un joven de entre 21 y 24 años, el cual tiene todas las virtudes de las grandes obras: estilo refinado, una vasta cultura, sutileza en los planteamientos narrativos; lo que confirma que Reyes fue un precursor del género narrativo (ensayo, cuento y poesía) en lengua española, el cual cultivó y perfeccionó en los años siguientes.


El historiador Javier Garciadiego expresó que El plano oblicuo es una de las obras más importantes escritas por el autor de Visión de Anáhuac (1917), y pidió a los seguidores de la Capilla Alfonsina leer a uno de los escritores mexicanos fundamentales que concibió una obra monumental y abarcó todos los géneros literarios.

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