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Azarosa, naturalista, “lopezvelardiana” y profundamente femenina, Laura Esquivel defendió siempre la cama y la cocina como dos grandes sitios de placer, desde donde se gestaron un sinfín de aventuras que, sin quererlo, forjaron una carrera literaria de más de 30 años con un impacto nacional e internacional.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura, felicitan a la dramaturga, narradora y autora de Como agua para chocolate (1989), novela que fue traducida a 33 idiomas, la cual rescata la educación sentimental de la mujer de principios del siglo XX.

En entrevista, la escritora Guadalupe Loeza recuerda cómo se enteró de la existencia de la primera y más famosa obra de Esquivel: “Nunca se me olvidará el comentario de Elena Poniatowska un día en que la invité a comer, hace muchos años, en Tepoztlán. ‘Estoy leyendo un libro versión femenina de Gabriel García Márquez’”.

La también periodista no solo coincide con Poniatowska; también ganó su propia anécdota durante un viaje a Suiza: “Cada vez que tomaba el tren, me topaba con pasajeros que invariablemente estaban leyendo, en francés o inglés, Como agua para chocolate; los advertía sonriendo o de plano se echaban una carcajada. ‘Eso es lo que realmente hace la buena literatura, cuando toca el corazón de millones de lectores de todo el mundo’, me dije”.

En el marco de la campaña “Contigo en la distancia, en entrevista, la poeta y ensayista Ethel Krauze asegura que Laura Esquivel ofreció un nuevo “banquete” en la literatura mexicana con Como agua para chocolate, a la que describe como cálida, colorida, profunda y sensorial: “Si J. K. Rowling abre con Harry Potter las compuertas a un nuevo público de niños y jóvenes, en la misma década, Laura Esquivel lo hace con el público no habituado a leer literatura”.        

La también catedrática comenta que a sus “espléndidos 70 años”, la autora de El diario de Tita (2016) es una de las escritoras contemporáneas que sigue trabajando y es inspiración para muchas nuevas autoras.

Laura Esquivel recibió en 2004 el Premio Giussepe Acerbi de la Universidad de Verona, Italia, por la novela Tan veloz como el deseo (2001) y en 2008 el premio al mejor audiolibro en español de la Asociación de Editores de Audio (APA), por Malinche (2006).

Nació en la Ciudad de México el 30 de septiembre de 1950. Estudió la Licenciatura en Educación preescolar y se especializó en Teatro infantil. Cursó Teatro y Creación dramática en el Centro de Arte Dramático (CADAC). Fue cofundadora del Taller de Teatro y Literatura de la Secretaría de Educación Pública. Creadora y directora del Centro de Invención Permanente, lugar donde se impartían talleres artísticos para niños.

Ha incursionado como guionista en teatro, cine y televisión. Por la adaptación cinematográfica de su novela Como agua para chocolate, en 1992 obtuvo el premio Ariel y el premio Silver Hugo en el 28 Chicago International Film Festival, entre otros.