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“Este recorrido es muy importante y entrañable, me interesa mucho este repaso por mi memoria, fundamentalmente por mis padres. Aquí fue el principio de su exilio en México, es un homenaje a ellos más que a mí”, comentó Margo Glantz al caminar por las calles de La Merced, lugar de grandes recuerdos de la autora de Las genealogías.

En el marco del Homenaje nacional a la escritora, ensayista y académica, quien este 28 de enero cumple años, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) le dedicó la primera Visita Literaria de 2020, en la cual amigos, colegas, familia y la propia autora recorrieron sitios emblemáticos del Centro de la capital del país, plasmados en su referida obra publicada en 1981.

Con un itinerario a cargo de Mónica Unikel, fundadora y directora de la Sinagoga Histórica Justo Sierra 71, el recorrido por uno de los barrios más antiguos inició en el número 44 de Jesús María, vecindad colonial donde vivió la autora de No pronunciarás (1980). “Tenía muchos años de no estar aquí, estoy muy conmovida, todo ha cambiado”, aseguró Glantz en entrevista.

Más adelante, en la esquina de las calles Jesús María y Soledad, los asistentes al paseo dominical tuvieron la oportunidad de observar el edificio que alguna vez albergó la carnicería kosher La favorita, donde sus padres compraban los alimentos diarios. También se habló de la tienda de abarrotes La Palestina, ahí se vendían arenques, lo cual menciona Margo Glantz en su novela.

La ruta por las calles del Centro Histórico prosiguió con las siguientes paradas: Jesús María 23 y 27, en la primera se alojó un jeider o escuela, donde se enseñaban los principios de la religión judía; mientras que la segunda hospedó La gran bonetería, sitio donde recordaron las diversas ocupaciones del padre de la creadora literaria, Jacobo Glantz, como dentista, panadero y poeta idish.

“En Las genealogías está la selección de los lugares que visitamos, he revisado este libro desde hace 25 años, ya que me dedico a dar visitas guiadas sobre la comunidad judía en la Ciudad de México y está lleno de referencias y datos exactos. Me ha servido mucho desde entonces. Planear el recorrido no fue difícil, en realidad fue muy gozoso, ella (Margo Glantz) me facilitó todo”, explicó Mónica Unikel sobre la materialización de la ruta.

Durante el trayecto literario, la autora, ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1984, evocó su infancia, familia, además de los usos y costumbres que estilaba la comunidad judía durante los años cincuenta y sesenta en la Ciudad de México.

También se visitó el número 8 de Loreto (continuación de Jesús María), donde se encontraba la panadería del tío de Margo, ahí su padre se surtía para repartir el pan en bicicleta. “En esta zona existieron muchas panificadoras europeas pertenecientes a inmigrantes que huyeron del brutal antisemitismo del viejo continente, de cierta manera elaborar estos productos los hacía sentir un poco más cerca de casa”, precisó Mónica Unikel.

Otro de los lugares significativos fue la Sinagoga Histórica en Justo Sierra 71, sitio de congregación de la comunidad judía donde, hasta la fecha, se realizan bodas, visitas guiadas, presentaciones editoriales y diversas actividades culturales, como la proyección de Un día de trabajo, cortometraje realizado en 1959 por Óscar Burakoff, primo de la autora, que muestra a la familia Glantz de aquellos años.

Finalmente, el recorrido dominical pasó por el Mercado Abelardo L. Rodríguez y culminó en el Teatro del Pueblo, donde Margo Glantz dio lectura, visiblemente emocionada, a un poema escrito por su padre en 1928 y agradeció a todos los asistentes. “Me emociona comprobar que tengo mucha gente que me quiere, jóvenes sobre todo”, añadió.