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Francisco González Crussí (Ciudad de México, 1936) recibió la noche del martes 19 de noviembre el VI Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña que otorga la Academia Mexicana de la Lengua (AML); la distinción se realizó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

El ensayista y médico con especialidad en anatomía patológica, Francisco González Crussí fue premiado por su obra en la que destacan títulos como Partir es morir un poco (1996), Nacer y otras dificultades: Historia cultural del enigma de la vida (2008) y El rostro del alma (2014).

La entrega del reconocimiento la encabezó el director y el secretario de la AML, el poeta Gonzalo Celorio y el ensayista Adolfo Castañón, respectivamente, además el médico José Luis Díaz Gómez.

Celorio entregó el diploma y colocó la medalla conmemorativa que tiene, dijo, “efigie de Pedro Henríquez Ureña y de la Academia Mexicana de la Lengua”, y en un video proyectado en la Sala Manuel M. Ponce durante la ceremonia definió al galardonado como un escritor de “trabajos muy apasionantes”.

“Lo mismo escribe en español o en inglés y ha publicado una serie de trabajos ensayísticos muy notables, apasionantes, porque no es nada más un trabajo de divulgación científica, sino que es realmente una obra que cumple con todos los elementos de creatividad, análisis y conocimiento”, afirmó el presidente de la AML.

En tanto, Adolfo Castañón leyó el acta del jurado que decidió otorgar el premio, el cual estuvo conformado por Gonzalo Celorio, Vicente Quirarte, Felipe Garrido, Alejandro Higashi y Silvia Molina. “González Crussí es dueño de un estilo claro y ágil, es capaz de abrir puertas al diálogo entre la cultura, las ciencias y las humanidades”.

Por su parte, Díaz Gómez dijo que la escritura de “este patólogo nos recuerda que habremos de separarnos de la vida, más bien que la vida debe separarnos de ella y si no es de tajo, lo hará paso a paso, al morir no dejaremos a quienes amamos, son ellos quienes nos dejarán, pues deberán asumir el dolor de la separación”.

La candidatura de Francisco González Crussí fue propuesta por el Departamento de Historia y Filosofía de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a la que al autor le agradeció.

En su discurso, el galardonado narró que a lo largo de su vida ha tenido momentos de decaimiento, pero que algunas expresiones del lenguaje popular mexicano le provocaban risa, a la que definió como la “moneda de la felicidad”.

“En momentos de desaliento me venían a la mente ciertas expresiones del lenguaje popular mexicano, dichos de la gente, proverbios o refranes que aprendí desde edad muy temprana, si las penas me invadían, decía: ‘no te arrugues cuero viejo, que te quiero pa’ tambor’, esos simpáticos apotegmas eran mi terapia antidepresiva, me hacían sonreír por fuerza, pero reír internamente”, recordó.

Su narración detonó risas en el auditorio y así entre los ruidos de los asistentes recomendó, “no desperdicien ninguna oportunidad para reír”.