• La ceremonia de premiación se realizó en el Museo Francisco Villa en Durango, Durango
  • Premiar un libro de cuentos es un triunfo a las cosas breves, a las narraciones simples, al fragmento y al silencio afirmó el autor

El escritor, académico y editor Miguel Ángel Manrique Ochoa (Colombia, 1967) recibió el Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello, 2019, por su obra Las preocupaciones (Taller de Edición Rocca), en ceremonia realizada en el Museo Francisco Villa en Durango, Durango, hoy, miércoles 13 de noviembre.

El Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello, 2019 es otorgado por la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL); el Gobierno del Estado de Durango, por medio del Instituto de Cultura del Estado, y el Congreso de la entidad, el cual está dirigido a escritoras y escritores que publicaron un libro de cuentos o relatos, redactado en español, y que haya sido editado en 2018 en cualquier país de Latinoamérica o España.

Respecto de la importancia del galardón, Miguel Ángel Manrique aseguró que “es un reconocimiento al cuento como género escrito en lengua española. Premiar un libro de cuentos resalta el valor que el género ha alcanzado en el campo de la literatura hispanoamericana, que tiene grandes cuentistas. Mientras, por un lado, las editoriales reniegan de los libros de cuentos como productos poco comerciales; por el otro, un galardón como el Premio Bellas Artes lo rescata de esa especie de limbo capitalista, en el que solo prima la rentabilidad, y además lo exalta como una de las formas creativas de la escritura más valiosas y respetables del mundo contemporáneo, en el que el tiempo para leer y escribir escasean”.

“El cuento es un género que por su brevedad le exige al escritor pensar con más cuidado las palabras, el lenguaje, las escenas, la forma misma y hasta los personajes. Exige precisión. Demanda economía del lenguaje, pero también imaginación y audacia. Por eso, premiar un libro de cuentos es un triunfo simbólico, porque es un triunfo a las cosas breves, a las narraciones simples; es un triunfo al fragmento y al silencio. Porque en un cuento no se puede decir todo, porque es más lo que insinúa que lo que revela; en un cuento tiene valor lo que se calla. Por eso me parece un género, como la poesía, tan difícil de lograr”, añadió el autor de Disturbio (2008).

Asimismo, el galardonado consideró que al descubrir a esa fabulosa escritora que es Nellie Campobello se amplió su visión estética de la literatura. “Es un premio de ida y vuelta: yo vengo a Durango a recibir el Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello, 2019, pero yo me la llevo a ella para Colombia, es decir, a su literatura”.

El jurado, conformado por Roberto López Moreno, Iliana Olmedo y Manuel Salas Quiñones, decidieron por unanimidad otorgar el premio “debido al equilibrio que logra en sus narraciones a través de una prosa pulcra, la dosificación entre acción y descripción; además, la construcción de los distintos tipos de narradores. Por otra parte, el manejo del lenguaje convoca a diferentes estilos que la contemporaneidad brinda, sin las ataduras que imponen las geografías locales, aunado a su fino sentido del humor”, según consta en el acta de la deliberación.

Durante el acto solemne, María del Socorro Soto Alanís, Directora General del Instituto de Cultura del Estado de Durango, comentó que “es un placer entregar el premio a Miguel Ángel Manrique, quien representa a la literatura colombiana tan especial e importante para el mundo de las letras en toda América Latina. Recordamos los Doce cuentos peregrinos (1992) de Gabriel García Márquez, nuestro hermano mayor casi mexicano, y entregarle a Manrique el Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello, 2019, es un compromiso literario y de hermandad en los tiempos de hoy tan convulsos como los de hace un siglo y que tendremos que apostar a la construcción de la república de las letras de Latinoamérica”.

Asimismo, Soto Alanís enfatizó la importancia e influencia de Nellie Campobello en la cultura contemporánea del país. “Nellie Campobello y su hermana Gloria conquistaron el complejo mundo de las artes y la cultura en la capital del país del siglo veinte. Se ganó un lugar privilegiado en la construcción e identidad de México. Un país complicado y convulso durante el siglo pasado, pero hubo un grupo de mexicanas y mexicanos que participaron con compromiso, con lealtad, con una profunda pasión por el país y sobre todo artistas que nos construyeron el México que hoy disfrutamos”, agregó

Por su parte, Leticia Luna, Coordinadora Nacional de Literatura, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, aseguró que la distinción “está dirigida a escritoras y escritores originarios de América Latina y España, el galardón pretende reconocer la obra cuentística publicada en español, así como trabajos en cualquier lengua incluida en el Catálogo de Lenguas Indígenas Nacionales de México”.

Miguel Ángel Manrique Ochoa nació en el Carmen de Bolívar, Colombia, en 1967. Profesor y editor. Es autor de las novelas Disturbio (Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura 2008); San Mateo y el ángel (2011), así como de Ellas se están comiendo al gato (2016) y del libro de cuentos La mirada enferma (2005); de los libros de ensayo Carlos Fuentes: una lección del tiempo y la circunstancia (1992) y Sobre la escritura (2010). Desde 2012 coordina el taller de novela corta del Fondo de Cultura Económica (FCE), en Colombia.

Una escritora de la revolución

Nellie Campobello nació en Villa Ocampo, Durango, el 7 de noviembre de 1900; murió en Progreso de Obregón, Hidalgo, el 9 de julio de 1986. Narradora y poeta, dirigió la Escuela Nacional de Danza; fue coreógrafa, bailarina e investigadora de danzas autóctonas, y fundadora del Ballet de la Ciudad de México. Su obra literaria retrata pasajes de la Revolución Mexicana. Colaboró en El Gráfico.

Escribió Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940); los cuentos Cartucho. Relatos de la lucha en el norte de México (2000) y Las manos de mamá (1937); los ensayos Ritmos indígenas de México (en colaboración con Gloria Campobello, 1940); los poemarios Yo por Francisca (1929), Tres poemas (1957). En 1960 apareció la antología Mis libros, y en 2007 su obra reunida.