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Los 17 cuentos plasmados en Los ángeles enfermos de Agustín Monsreal, obra ganadora del Premio Nacional de Cuento 1978, será motivo de una celebración organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a través de la Coordinación Nacional de Literatura, este domingo 3 de noviembre al mediodía en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

En la actividad, Celebrando 40 años de la publicación del libro Los ángeles enfermos participarán, además del autor, el ensayista y editor Hernán Lara Zavala, el narrador Eduardo Antonio Parra y el editor y narrador Fernando Sánchez Clelo, quien moderará la mesa.

En entrevista, Agustín Monsreal suelta un largo “¡híííííjole!” al recordar lo que le inspiró a escribir su libro, cuya publicación, editada en 1979, cumple cuatro décadas, y rememora que las experiencias de su infancia y adolescencia fueron la materia prima de los cuentos que escribió en el refugio de una cafetería capitalina.

El autor refiere que las experiencias vividas en su natal Mérida, Yucatán, y en la Ciudad de México nutrieron los cuentos que escribió primero, a mano, y luego, en su máquina de escribir, en la cafetería “Elsa” donde degustaba tazas del aromático grano, colocado ante un gran ventanal que daba a la estatua de la Diana cazadora.

“La mayoría de los cuentos fueron escritos en un café a donde me iba a escribir en aquellos tiempos, y actualmente todavía lo hago. Los ángeles enfermos, y a lo mejor hasta el siguiente libro, Sueños de segunda mano, fueron escritos así”, relata.

Recuerda que el café “Elsa” estaba sobre Reforma, enfrente de lo que era el cine Chapultepec en la época en la que la estatua de la Diana estaba ahí. “La cafetería era de dos pisos, y tanto el dueño como las meseras ya sabían que elegía la mesa que diera a la ventana, me la apartaban y, si llegaban otros clientes, no se la daban”.

En una libreta Victoria de 200 hojas y con una pluma fuente empezó el escritor a plasmar su obra, publicada por primera vez en 1979 por la editorial Joaquín Mortiz en la Serie del Volador.

“Todo lo escribía a mano, luego lo pasaba a máquina, en una Olivetti portátil. Empecé con una de esas chiquitas azules, después llegué a una Remington, y muy tarde a la computadora porque me negaba a entrarle a eso que me alejaba del contacto, de lo que consideraba la esencia de lo que escribía”, enfatiza.

Monsreal asegura que por la celebración de primer libro de cuentos está satisfecho, pues confirma que la literatura fue la elección del camino correcto.

Y añade: “Una celebración como esta es una confirmación, una especie de sobadita al corazón y de decir: ‘todo está bien, sí ha valido la pena’. Hay mucho movimiento interior, vienen los recuerdos, los amores, los sentimientos, la viudez; y haber perdido a la persona que compartía conmigo todas las hechuras, se resiente. Pero, principalmente, es la gran emoción de poder compartir que, a 40 años de la publicación, mis cuentos siguen vigentes”.

Monsreal revela que el nombre de su obra representa a sus personajes que tienen una inocencia paradisiaca o ancestral, por eso los llama Los ángeles enfermos, “pues en todos los cuentos del libro su consecuencia es la expulsión del paraíso. Es empezar a vivir una vida fuera de ese contexto realmente acogedor, cuando todavía existe la pureza en ellos y les es arrebatada de manera violenta y cruel, quizá por eso fue encaminar hacia allá los textos. En aquellas épocas me daba por eso”, evoca.

Para el autor de obras como Cazadores de fantasmas (1982) o La banda de los enanos calvos (1987) los temas que le apasionan se mantienen, por lo que dice seguir viendo lo del principio, pero ahora va a la profundidad.

Por ello, añade, “sigo procurando trabajar menos en extensión y más en profundidad acerca de lo que es la condición humana en sus dos facetas: la íntima y la social. Por un lado, la pareja humana es una de las cosas que más me atrae y, por otro, todas las ambigüedades morales que existen en la sociedad. Así que en esos dos campos me sigo moviendo; empecé con Los ángeles enfermos y he continuado de diversas maneras”.

El texto Los ángeles enfermos fue publicado en 1979 por editorial Joaquín Mortiz, Serie del Volador, tras obtener un año antes, el Premio Nacional de Cuento que otorgaron el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Casa de la Cultura de San Luis Potosí.