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“¿Por qué leer a Eduardo Cerecedo? Por una razón sencilla pero maravillosa: el maestro ama la poesía; todo su quehacer está encaminado a honrarla, preservarla e inocularla”, comentó la poeta Patricia Cervantes durante la presentación del libro Soplo de ceniza, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. 

Ganador del Premio Nacional de Poesía Alí Chumacero en su edición 2011, el poeta Eduardo Cerecedo también estuvo acompañado por los editores y poetas Hans Giébe y Armando Trejo Villafuerte, así como Adri Gracida, quien estuvo a cargo de moderar la mesa.

“En su undécimo poemario —comentó Hans Giébe —, Eduardo Cerecedo evoca lo efímero, la finitud, incluso nuestra mortalidad. Soplo de ceniza es un poemario que nació en la noche para la noche. La musicalidad, la atmosfera, los temas que toca ruegan porque los poemas que integran este libro se lean y se relean de la misma forma en que fueron concebidos: en la noche”.   

Hans Giébe habló sobre la flexibilidad de Cerecedo y de los múltiples temas que va hilando a través de los poemas que integran este libro: “El nuevo poemario del maestro me sorprende y sorprenderá en futuras relecturas. La poesía de Cerecedo me hace recordar que en México, a pesar de todo, se sigue escribiendo gran poesía y se seguirá escribiendo”.

Para el poeta y editor Armando Trejo Villafuerte, Soplo de ceniza sorprende por su gran complejidad de metáforas. “Eduardo siempre retoma algunas dicotomías sobre la imagen poética; siempre ha manejado una dicotomía muy radical entre lo físico y lo espiritual, entre lo tangible y lo intangible”.

Añadió que al hablar de la obra de Eduardo Cerecedo hay que remitirse a la constitución de un cuerpo poético, un corpus que ya es parte de la tradición de nuestras letras, porque es innegable el trabajo de transformación que ha llevado a cabo Cerecedo. Soplo de ceniza no se va con el viento, sino que se queda entre nosotros como las palabras mágicas que hay que repetir, sobre todo cuando queremos que los hechos prodigiosos sucedan y vuelvan a suceder.

Al final de la velada, Eduardo Cerecedo dio lectura a algunos de los poemas del libro y dio las gracias, tanto a los presentadores como al público que le acompañó durante la tarde.

Eduardo Cerecedo nació en Boca de Lima, Tecolutla, Veracruz, el 12 de febrero de 1962. Poeta y crítico literario, realizó la licenciatura en Lengua y literatura hispánicas y la maestría en Literatura mexicana en la FFyL de la UNAM. Profesor de Literatura en la FES-Iztacala-UNAM, imparte el taller de Poesía y narrativa en el Faro de Oriente, así como el de Literatura y Arte en el Faro Cuautepec.

Ha sido miembro del comité editorial de El Cocodrilo PoetaCabañuela y Calambur. Jefe de redacción de la revista Bulimia de Camaleones; subdirector y editor de Ediciones Arlequín. Colaborador de Aluhsema (España), Diálogo Cultural entre las Fronteras de México, Excélsior, Hojas de Utopía, La Casa Grande (Colombia), La Tinta Suelta, Periódico de Poesía, Punto de Partida, Sábado, Siempre!, Tierra Adentro y Topodrilo, entre otras.

Ha recibido los premios nacionales de Poesía Alí Chumacero 2011 y CREA 1988, y fue ganador del Concurso Literario de los XXIX Juegos Florales 1999 de San Juan del Río, Querétaro. En 2002 y 2007 obtuvo la Beca de Escritores con Trayectoria por el IVEC/Conaculta. Parte de su obra se encuentra, entre otros, en el libro colectivo Mar de espejos, tres poetas veracruzanos, Arlequín/ Fonca/ Conaculta/ Sigma, Poesía, núm. 18, 1999, y en la antología Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesenta, Arlequín/Conaculta/Fonca/Sigma, 2008.