• Los poetas coinciden en la necesidad de desterrar la discriminación a las lenguas originarias y sus hablantes

En el marco del Día Mundial de la Poesía, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes se llevó a cabo una sesión de lectura de poesía en lenguas indígenas en la que participaron cuatro destacados exponentes de este género: Celerina Patricia Sánchez (mixteca), Juventino Gutiérrez (mixe), Irma Pineda (zapoteca) y Zara Monroy (seri).

 

 

En el acto, los escritores en lenguas originarias compartieron con un amplio público una serie de poemas en su lengua nativa y en español en los que abordaron el amor, la nostalgia, la lucha de los pueblos indígenas y el paisaje de sus regiones.

El escritor oaxaqueño Juventino Gutiérrez Gómez dio lectura a una serie de poemas en lengua mixe, en las que hace referencia a su tierra natal y a sus padres, quienes pertenecen a un sector poco valorado, dijo, los albañiles. A ellos, a su familia, hizo un homenaje con una serie de poemas titulados Grito (Yo también tuve un padre ausente…) y Teresa (Mi madre no estudió arquitectura, pero conoce la arquitectura de los hogares…).

En su momento, la escritora y traductora mixteca Celerina Sánchez recitó poemas de amor a la familia y a sus ancestros, plasmados en su poemario 200 hijos, entre ellos, Olvido: “Historia que se diluye en la sombra de un invierno, árbol que se deshoja, desahucio de la muerte, anuncia el viento; bocanadas de tormentas de melancolía de un sistema que nos arrasó en el olvido, nos volvió efímeros y frágiles en nuestra tierra espiritual…”.

Mientras tanto, la poeta zapoteca Irma Pineda leyó poemas “dedicados a los hombres que he amado”, así como a las mujeres indígenas y su lucha cotidiana. Algunos de ellos fueron: Tierra soy (Mujer-tierra soy, tierra rasgada… tierra que ya no quiere sangrar) y Quiero decir silencio, con el que pidió al público acompañarla en un canto en lengua zapoteca, a lo que los asistentes respondieron con entusiasmo.

La poeta y rapera de la nación seri (Comcaac, uno de los ocho pueblos originarios del estado de Sonora), Zara Monroy compartió poemas en su lengua originaria –cmiique— en los que recrea el paisaje y las tradiciones de su pueblo: “El cielo estaba gris porque había perdido a un ser querido, pero el viento me trajo palabras y respuestas que no busqué, en ellas me decía que el viento es la vida. Eso es lo que compartimos desde nuestros ancestros. Con mis palabras no hablo yo sola ni mi lucha es solitaria, conmigo cantan y vuelan mis ancestros y mi tierra, y así yo soy inmortal”.

En la sesión, organizada por la Secretaría de Cultura, a través de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), los participantes coincidieron en el Día Mundial de la Poesía (21 de marzo), así como la dedicatoria de la UNESCO del año 2019 como Año de las Lenguas Indígenas.

Zara Monroy expresó su alegría de estar por primera vez en el Palacio de Bellas Artes y expresó lo importante de las celebraciones “para no olvidar de dónde venimos”. La palabra bien usada, dijo, ayuda a sanar el alma y en cada palabra busco compartir mi tierra y ayudar a superar la discriminación y el abuso que, en mi caso, he tenido que pasar, expresó.

Celerina Sánchez destacó la lucha de los pueblos indígenas a través del tiempo, porque, subrayó, hay momentos en los que nos han hecho sentir a los pueblos indígenas que “no somos iguales a los demás”.

Luego, Irma Pineda externó su beneplácito porque su libro de poemas La flor que se llevó (editado por Pluralia) se agotó en esta semana, según le informaron este día. Por eso, agregó, “estoy emocionada de compartir este espacio con mis amigos de la palabra y con ustedes en este Palacio de Bellas Artes, un recinto para disfrutar la poesía”.