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En sesión pública solemne, realizada en la Capilla Alfonsina de la Ciudad de México, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recordaron al escritor veracruzano Miguel Capistrán (1939 – 2012), en el sexto aniversario de su fallecimiento.

 

Durante la sesión, encabezada por el director del organismo, Jaime Labastida, participaron los académicos Vicente Quirarte, Adolfo Castañón y Francisco Javier Beltrán Cabrera, quienes resaltaron la labor como escritor, editor, articulista e investigador de Capistrán, que dedicó gran parte de su labor a la difusión del grupo de intelectuales conocido como Los Contemporáneos.

 

En el acto, los miembros de la AML hicieron propicia la ocasión para dedicar la reunión y agradecer a las señoras Julia y Francisca, hermanas del escritor homenajeado, la donación del archivo de Miguel Capistrán a la Academia Mexicana de la Lengua para su preservación y difusión, junto con la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.

 

Vicente Quirarte recordó la ocasión en que Capistrán fue elegido, en 2011, para ingresar a la AML. “La veleidosa e inconforme República Literaria se alegró al conocer la noticia. Se trataba de un acto de justicia para quien lejos de reflectores y estridencias había contribuido a iluminar y difundir la vida y obra de los poetas conocidos como Los Contemporáneos”.

 

A él se le debe el estudio profundo de intelectuales como Xavier Villaurrutia y Jorge Cuesta, entre otros destacados escritores y obras dijo Quirarte, por lo que, antes de su ingreso a la AML, Capistrán era ya una leyenda, y es justo rendir homenaje a quien fue un asiduo investigador sin sueldo fijo que tanto hizo por nuestra cultura y al que recurrieron todas las instituciones culturales del país.

 

Al destacar que el escritor veracruzano falleció antes de la ceremonia de ingreso a la AML, expresó que su verdadera incorporación se da con la llegada de su acervo a su casa, la AML: “Por la herencia viva que deja a presentes y futuras generaciones, merezcamos y hagamos un continuo recordatorio del maestro, valiéndonos de las armas que él veló y templó con ejemplar arrojo y valentía”, externó.

 

Francisco Javier Beltrán Cabrera coincidió en destacar las aportaciones de Capistrán al estudio del grupo Los Contemporáneos, pero también resaltó su tarea de promotor cultural, divulgador de la literatura y de rescate del patrimonio artístico de México y de Veracruz, entre otras facetas, todas ellas representadas por la pasión que lo caracterizó toda su vida.

 

Al recordar que Capistrán recopiló intensamente documentos que encontraba en su labor de indagación en hemerotecas y archivos que publicó en numerosas revistas y colaboraciones en periódicos, lanzó la propuesta de reunir en un solo tomo todos esos documentos hoy dispersos.

 

Por su parte, Adolfo Castañón destacó que otra de las grandes aportaciones de Capistrán radica en el libro Borges y México, obra que el veracruzano compiló, así como la tarea de embajador que el autor desempeñó al traer por primera vez a México a Jorge Luis Borges cuando se le concedió el primer Premio Internacional Alfonso Reyes en 1973.

 

Luego refirió que en el acervo donado a la AML 77 cajas cuyo contenido es clasificado por el INBA a través de la Coordinación Nacional de Literatura, se encuentran libros, cuadros, documentos, fotografías, textos, revistas, manuscritos de obras de destacados escritores, etcétera.

 

“Se trata de un acervo selecto de 3 mil 120 libros y por más de cien objetos y manuscritos, entre otros; un rico y subversivo tesoro que servirá algún día para alimentar ediciones completas de escritores mexicanos. Ante ello, solo hay unas palabras: gratitud por el fervor mostrado por Capistrán”, concluyó.

 

En entrevista aparte, la señora Francisca Capistrán Abundis expresó su deseo de que todo ese acervo donado “sea aprovechado por los escritores y todos aquellos con quienes Miguel Capistrán compartía su información. La idea es continuar con esa labor que lo caracterizó en vida y que tanto lo apasionó, aunque él ya no esté físicamente entre nosotros”.

 

Francisca Capistrán también informó que el acervo fue donado al INBA y de éste pasó a la Academia Mexicana de la Lengua.