• Estaba lleno de alegría y anécdotas, coinciden Juan José Utrilla y correctores del FC
  • En el marco del programa Centenario del nacimiento del poeta nayarita

“Cuando la memoria falla, hay que inventar”, decía Alí Chumacero, cuyas anécdotas como editor fueron relatadas por el traductor Juan José Utrilla y los correctores Marco Antonio Pulido y Pedro Torres, quienes trabajaron estrechamente con el autor de Páramo de sueños.

 

Durante el evento Visitas literarias: Alí en el Fondo, realizado en la Biblioteca Gonzalo Robles del Fondo de Cultura Económica (FCE), Pedro Torres agradeció al poeta todas las enseñanzas y manifestó su admiración, porque en el oficio de hacer libros nunca se acaba de aprender.

Dijo: “De Alí Chumacero aprendí muchas cosas que en ese momento no consideraba importantes. Fue mi mejor época como corrector. El poeta nayarita era nuestro modelo; nos guiaba y enseñaba cómo hacer mejor las cosas”.

 

En el marco del programa Centenario del nacimiento de Alí Chumacero, Juan José Utrilla (1932),quien tradujo 250 libros para el FCE, recordó que el poeta fallecido en 2010 tuvo una vida plena y satisfactoria dentro y fuera de las letras mexicanas. “Su labor como editor fue tan importante que el FCE dependía de él”, aseguró.

 

Apuntó que su anecdotario es inmenso y luego compartió algunas aventuras suyas en un cabaret, su gusto por el pulque, la necesidad de viajar en metro y la sonrisa en su rostro, a pesar de encontrarse ya muy enfermo en los últimos días de su vida.

 

En tanto, el corrector Marco Antonio Pulido refirió que Alí Chumacero ya tenía fama de poeta  cuando entró a trabajar al FCE, "pero pronto descubrí  que era uno de los hombres más encantadores que jamás haya conocido”.

 

Afirmó que en cierta ocasión Chumacero le reveló que “poeta que no vive y no bebe, no es poeta. Era un ser lleno de alegría y anécdotas divertidas sobre  las mujeres y las letras. Un amigo suyo era Agustín Lara, con quien se llevaba muy bien, porque lo entendía a la perfección”.

 

Cabe mencionar que en la Biblioteca Gonzalo Robles del Fondo de Cultura Económica --Carretera Picacho-Ajusco No. 227, colonia Bosques del Pedregal, en Tlalpan-- se encuentra una exposición fotográfica y documental del poeta nayarita sobre su labor como editor.