·        La escritora participará en la mesa redonda Jorge cronista, al lado de Juan Villoro y Diana del Ángel

·        El martes 23 de enero a las 19:00 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes

 

Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) es, para todos los escritores, sinónimo de libertad, aseguró en entrevista la narradora mexicana Ana García Bergua, y añadió que la obra del guanajuatense encierra en sí misma todo tipo de libertades, desde la crítica y la creativa hasta la humorística, de ahí que “brincos diéramos los nuevos escritores de que nuestros libros volaran como los de Ibargüengoitia, en el sentido de que se elevan con una gran mezcla de sinceridad, juego y crítica a la realidad y a la historia mexicanas”.

A propósito de su participación en la mesa redonda Jorge cronista el martes 23 de enero a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, al lado de Juan Villoro y Diana del Ángel, y en el marco del ciclo conmemorativo Jorge Ibargüengoitia, nueve décadas –organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes–, la autora de El imaginador dijo que la obra del escritor nacido el 22 de enero de hace 90 años “es riquísima, y su aparente sencillez lo mantuvo muy confinado a los límites del ambiente de la literatura mexicana”.

 

Recordó que el humor del autor de Las muertas y Estas ruinas que ves “es universal, y su modo de ver la realidad lo relaciona con la literatura anglosajona y rusa. Su obra es mucho más cosmopolita y abierta, pero, a la vez, muy mexicana”.

 

La galardonada con el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz por su novela La bomba de San José aseveró que debe de valorarse aún más la obra de Ibargüengoitia y darle el lugar que le corresponde en las letras mexicanas.

 

Apuntó que los primeros lectores de Ibargüengoitia deben comenzar con Los relámpagos de agosto y Los pasos de López “para tumbarles una serie de ideas preconcebidas sobre la historia de México, concretamente la Independencia y la Revolución”.

 

Asimismo, “les recomendaría mucho que leyeran sus obras de teatro y sus crónicas, que han sido compiladas muy bien por Guillermo Sheridan”.

 

La escritora mexicana nacida en 1960 apuntó que el universo literario de Ibargüengoitia es enorme. “Todos sus libros son lecciones de nuestra historia y de la literatura universal”.

 

El secreto para que Ibargüengoitia sea leído por las nuevas generaciones, lo cual no sucede con otros escritores contemporáneos suyos, “creo que se debe, sobre todo, a su cercanía con los lectores y a que su obra no se coloca por encima de ellos, sino que les habla de tú a tú. Con su literatura nos podemos identificar, pues nos habla de la torpeza del ser humano y, a la vez, se ríe de ella, incluso de la maldad surgida de la torpeza”.

 

Además de todo lo anterior, Ibargüengoitia es muy comprensivo con los lectores y, por tal motivo, se identifican inmediatamente con él, “sin olvidar que su literatura es divertidísima. Tal vez esta sea otra de las razones por las que atrae a los jóvenes”.

 

Por último, reconoció la influencia del escritor en su obra: “Ante todo, su risa y su humor, que no son fabricados, sino una manera personal de ver la realidad. Su humor, a veces, era muy cruel y cáustico. Su obra es, para mí, una gran escuela”.