o   El escritor  fue reconocido en el Palacio de Bellas Artes como un   protagonista de la literatura mexicana

 

o   Ana García Bergua y Jorge Fernández Granados elogiaron al escritor y destacaron su fuerza imaginativa

 

Soy un cuentista, un “corredor de cien metros”, y no me alcanzará la vida  para narrar todo lo que quiero contar, aseguró Ignacio Padilla (1968) a quien el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Literatura, reconoció ayer como un  protagonista de la literatura mexicana.

 

Durante este evento, que tuvo lugar en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el novelista y ensayista dijo también que pertenece a la generación del desencanto.

 

o   El escritor  fue reconocido en el Palacio de Bellas Artes como un   protagonista de la literatura mexicana

o   Ana García Bergua y Jorge Fernández Granados elogiaron al escritor y destacaron su fuerza imaginativa

 

Soy un cuentista, un “corredor de cien metros”, y no me alcanzará la vida  para narrar todo lo que quiero contar, aseguró Ignacio Padilla (1968) a quien el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Literatura, reconoció ayer como un  protagonista de la literatura mexicana.

Durante este evento, que tuvo lugar en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el novelista y ensayista dijo también que pertenece a la generación del desencanto.

 

Las tres marcas que nos identifican son precisamente tres derrumbamientos: El terremoto de 1985, la caída del muro de Berlín y las ruinas de las torres gemelas de Nueva York, los cuales son parte de nuestra juventud y madurez. Se nos conoce por ser la generación X, explicó el escritor.

Y añadió: Quizá por eso hemos hecho, al menos en mi caso, que nuestra contienda y que nuestra bandera fuera literaria, de ahí que escribimos como viejos desde que teníamos 20 años. Nuestra energía vital y juvenil, que tenían que ser vertidas en manifestaciones, expresiones y subversiones, las dedicamos a leer y escribir.

 

Los de mi generación no solo nos hemos dedicado a la literatura sino también a cosas que nos complacen muchísimo, como la docencia. Somos una generación desafortunada y afortunada al mismo tiempo.

 

Por otra parte, el autor de La catedral de los ahogados (1995), Si volviesen sus majestades (1996) yAmphitryon (2000) señaló que el cuento, al igual que un soneto, es como una camisa de fuerza, porque todo debe quedar perfecto, redondo y conciso.

 

En su oportunidad, la narradora Ana García Bergua apuntó que Ignacio Padilla, como Jorge Luis Borges, posee una fuerza imaginativa fantástica. Sus libros de narrativa y ensayo son múltiples e inagotables, indicó.

 

Jorge Fernández Granados, premio nacional de poesía Aguascalientes, dijo que Padilla es uno de los máximos exponentes de la llamada Generación del Crack, junto a Jorge Volpi, Eloy Urroz, Pedro Ángel Palou y Ricardo Chávez Castañeda.

 

Comentó además que la principal herramienta del doctor en Literatura española por la Universidad de Salamanca, es la imaginación.

 

Además de lo anterior, Padilla es profesor en la Universidad Iberoamericana, ganador del Premio Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes 1989 por Subterráneos, del Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niños 2008 porLa maquinota, y del Premio Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 1994 por Las tormentas del mar embotellado, entre otros galardones.

 

prot jorge fernndez ana mara bergua e ignacio padilla

prot ignacio padilla

 

 

Fotografías: Edmundo López Palomino / INBA