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“Convivir con la obra de alguien es conocer también una parte de ti y del otro: eso es Leo… luego existo”, refirió en entrevista el actor Arturo Rosales, quien participó junto con la actriz Laura Zapata en una sesión más del ciclo organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, el pasado fin de semana, cuando se leyeron dos cuentos de Víctor Hugo Rascón Banda: Una ligera indisposición y El bachichas, contenidos en Volver a Santa Rosa.

 

La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se llenó totalmente por el interés de los asistentes de escuchar los relatos del escritor chihuahuense. Al inicio, Laura Zapata recordó cómo conoció al dramaturgo en 2003, cuando le encargó un monólogo que hablara acerca de un secuestro, después de una experiencia que ella vivió al respecto.

 

“Convivir con la obra de alguien es conocer también una parte de ti y del otro: eso es Leo… luego existo”, refirió en entrevista el actor Arturo Rosales, quien participó junto con la actriz Laura Zapata en una sesión más del ciclo organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, el pasado fin de semana, cuando se leyeron dos cuentos de Víctor Hugo Rascón Banda: Una ligera indisposición y El bachichas, contenidos en Volver a Santa Rosa.

La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se llenó totalmente por el interés de los asistentes de escuchar los relatos del escritor chihuahuense. Al inicio, Laura Zapata recordó cómo conoció al dramaturgo en 2003, cuando le encargó un monólogo que hablara acerca de un secuestro, después de una experiencia que ella vivió al respecto.

“Quería trabajar, hacer algo para ayudar a evitar que esto siguiera sucediendo en mi país. Después de proponérselo a Víctor Hugo, nos reunimos muchísimas tardes y hablé con él acerca de lo que había vivido durante mi secuestro, y así fue cómo surgió la obra Cautivas. Después me hizo el regalo de su amistad”.

 

Desde el inicio, el público reaccionó con espontáneas risas al escuchar Una ligera indisposición en voz de Laura Zapata, para quien Rascón Banda es uno de los autores fundamentales no solo en el género dramatúrgico, sino también en la narrativa.

 

Enseguida le tocó el turno a Arturo Rosales, quien señaló que el también defensor de los derechos de autor es “uno de los personajes que trabajó muy duro no solo al fomentar su obra, sino también la de otros autores. Es una escritor cuya forma de narrar es contundente. Pienso que no hay lector que haya evitado ser trastocado por lo que dice, ya sea hacia la ternura, el miedo o al enfrentarse con una realidad muy cruda, fuerte, que retrata en varias de sus obras de teatro.

 

“Las historias contenidas en su libro Volver a Santa Rosa son de las más tersas que tiene. Ya en la última etapa de su vida, sus amigos más cercanos lo animaban para que escribiera esas historias acerca de su infancia, que nos narraba en las reuniones en su casa. De eso se trata este libro, de las aventuras que vivió de chiquillo en su tierra, con un imaginario repleto de fantasmas y detalles que solo un niño sensible, como lo fue él, podría descubrir en la Sierra Tarahumara”.

 

El actor mexicano resaltó que para él, contribuir con una lectura acertada de los cuentos de Rascón Banda, así como de textos de otros autores, es una forma esencial de trasmitir el gusto por la lectura: “Los escritores ponen su creatividad al servicio de la gente, que de pronto desdeña el contacto con los libros, al preferir los medios de comunicación masiva. Con estas colaboraciones dentro del ciclo, no queremos que el público olvide la letra, sino que conviva con ella, porque eso nos enriquece como seres humanos”.