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 El Instituto Nacional de Bellas Artes a través de la Coordinación Nacional de Literatura, conmemorará el centenario del nacimiento del escritor mexicano Francisco Tario (1911-1977), a quien se le reconocerá este domingo 6 de noviembre, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde diversos especialistas comentarán sobre lo más representativo de la obra de este autor y sobre la huella que ha dejado en las generaciones actuales.

 

 

La mesa estará conformada por Geney BeltránAlejandro Toledo, quienes expondrán las razones por las que Francisco Tario es considerado pilar de la literatura fantástica en México. También se contará con la participación de Aldo González quien ofrecerá una puesta en escena del cuento La noche del buque náufrago.

 

 El Instituto Nacional de Bellas Artes a través de la Coordinación Nacional de Literatura, conmemorará el centenario del nacimiento del escritor mexicano Francisco Tario (1911-1977), a quien se le reconocerá este domingo 6 de noviembre, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde diversos especialistas comentarán sobre lo más representativo de la obra de este autor y sobre la huella que ha dejado en las generaciones actuales.

 

La mesa estará conformada por Geney BeltránAlejandro Toledo, quienes expondrán las razones por las que Francisco Tario es considerado pilar de la literatura fantástica en México. También se contará con la participación de Aldo González quien ofrecerá una puesta en escena del cuento La noche del buque náufrago.

Bajo el seudónimo de Francisco TarioFrancisco Peláez Vega se revela como un cuentista lúcido y audaz, alejado de círculos literarios, en los que su obra no fue leída y valorada lo suficiente en su momento, pero con méritos suficientes como para ser consagrado como autor de estatura nacional.

 

El escritor y editor, Geney Beltrán, apunta que un factor que influyó de manera determinante en la escasa difusión que en su momento sufrió la obra de Francisco Tario, fue la temática de tipo fantástico que aborda este escritor y que se distancia de los temas imperantes en la literatura mexicana durante la etapa de la posrevolución. “En concreto, estamos ante un autor que no tiene interés por tratar temas políticos o sociales sino que explora la veta relacionada con la narrativa fantástica” explicó el escritor.

 

Sin embargo, como enfatiza Beltrán, “siempre hubo un grupo de lectores devotos que lo han estado recuperando como fue el caso de la desaparecida Esther Seligson, Alejandro Toledo, Mario González Suárez, Alberto Chimal, lo cual significa que muy probablemente la obra de Francisco Tario encontrará el lugar que le corresponde en la literatura mexicana”.

 

También explica que la exploración de lo fantástico Tario realiza en sus cuentos, por ejemplo los del volumen La noche, plantea una mirada a veces macabra, vitriólica y muy crítica de las convenciones sociales, pues la imaginación de este escritor, agrega, no se trata de una imaginación juguetona o inofensiva.

 

Finalmente, Beltrán advierte que esta distinción invita a conocer, leer y valorar íntegramente los cuentos de Francisco Tario, con el fin de superar los prejuicios que han rondado su literatura y su figura por varias décadas.

 

Francisco Tario (Ciudad de México 1911,-Madrid, 1977) Narrador y dramaturgo. Fue colaborador de Letras de MéxicoRevista Mexicana de LiteraturaRevista Universidad de México. Su obra publicada comprende cuento, novela, teatro y varia invención. En cuento: La noche(1943) La puerta en el muro (1946), Yo de amores qué sabía (1950),Breve diario de un amor perdido (1951), Acapulco en el sueño (1951),Tapioca Inn: mansión para fantasmas (1952), La noche del féretro y otros cuentos de la noche (1958), Una violeta de más (1968), Entre tus dedos helados y otros cuentos (antología) (1988), Cuentos completos(2004), y Algunas noches, algunos fantasmas (2004). Las novelas Aquí abajo (1943) y Jardín secreto (edición póstuma, 1993); la obra de teatroEl caballo asesinado y otras piezas teatrales (1988) y, en varia invención, Equinoccio (1946).