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*** El libro El guante negro y otros cuentos se presentará el domingo 6 de febrero, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, a las 12:00 horas.

Herr Satan siente el irresistible frenesí del deseo y como la impúdica mano de su Petite Mefisto, protegida por la piel del guante negro, se adentra en sus más íntimos y ardientes territorios.

 

El anterior es un fragmento de la historia que da nombre al libro El guante negro y otros cuentos, de Hernán Lara Zavala, quien a partir del arte, la religión y el erotismo da unidad a una serie de 12 cuentos que habitan su más reciente publicación que será presentada el domingo 6 de febrero de 2011, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

*** El libro El guante negro y otros cuentos se presentará el domingo 6 de febrero, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, a las 12:00 horas.

Herr Satan siente el irresistible frenesí del deseo y como la impúdica mano de su Petite Mefisto, protegida por la piel del guante negro, se adentra en sus más íntimos y ardientes territorios.

 

El anterior es un fragmento de la historia que da nombre al libro El guante negro y otros cuentos, de Hernán Lara Zavala, quien a partir del arte, la religión y el erotismo da unidad a una serie de 12 cuentos que habitan su más reciente publicación que será presentada el domingo 6 de febrero de 2011, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

 

La postura del escritor, quien observa la vida con doble intensidad, se refleja en los cuentos: “El guante negro”, “Y si una tarde de casualidad”, “Desayuno con champaña”, “Arte garañón”, “Muñecas rotas”, “La risa del Señor”, “Oblación”, “La escritura en la pared”, “Proyecto inconcluso”, “A Ronchamp” y “@ la cama por la letra”.

“El guante negro”, el cuento que inspira el título del libro, fue escogido por el autor y sus editores, porque plantea una añoranza y reinterpretación de lo que le sucedió a James Joyce, el 16 de octubre de 1904, y que dio origen al Ulises.

“Lo que se plantea en ese cuento es un conflicto que tenía Joyce: su patria Irlanda que era un país al que odiaba y amaba al mismo tiempo; su madre, a la que quería, pero con quien no estaba de acuerdo con sus posturas religiosas y la necesidad que el dramaturgo tenía de encontrarse a una mujer que lo llevara al exilio”, explicó Hernán Lara Zavala, quien dedicó su libro a los seres fracturados en busca del amor.

En el cuento “Y si una tarde de casualidad”, una escritora se aventura a reflexionar sobre el tema del cuento; a su vez esta historia es como una cajita china que al avanzar la lectura se adentra a otros relatos que se relacionan a través de la posibilidad.

En relación a la escritura de cuentos, el autor de La Centena (Narrativa, 2001), reflexionó “es un género extraordinario, íntimo, hermano hasta incestuoso con la novela. El cuento te permite, de manera espontánea, experimentar y profundizar en la acción, en la anécdota”.

“El cuento se presta no sólo para la experimentación sino para la protesta, para manifestar algo con lo que estás en contra”; y su motor, muchas veces, es la imagen de una frase; una epifanía; una anécdota y de ahí”, recomendó, “tienes que sentarte y pensar en cómo lo vas a contar, y luego escribes un primer borrador y a veces sale a la primera, pero en ocasiones no”.

Para el reciente ganador del Premio de la Real Academia Española 2010 por la novela Península, Península, (Alfaguara, 2008) escribir cuentos “es como la arquitectura; antes de hacerlos se planean de la misma manera que se construye un edificio pequeño. Por su parte, una novela la edificas como una catedral, pero en los cuentos construyes algo pequeño como un prototipo, entonces puedes darle lugar a muchos juegos”.

Afirmó que los latinoamericanos desde siempre son muy buenos cuentistas como Juan José Arreola, Carlos Fuentes, Juan García Ponce, de México; Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, de Argentina; y Juan José Onetti, de Uruguay, entre otros; “en el cuento, sobre todo a los mexicanos, no nos ha faltado inspiración”.

Hernán Lara Zavala (Ciudad de México, 1946) estudió la maestría en letras en la FFyL de la UNAM e hizo estudios de posgrado en la Universidad de East Anglia, Inglaterra. Ha desempeñado cargos como los de profesor en la FFyL; director de Literatura en Difusión Cultural de la UNAM (1989-1996); coordinador del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas (1999-2000), y Director General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM (2002-2004).

Fue becario del International Writing Program, Universidad de Iowa, 1987, y del Consejo Británico, 1979, 1990 y 1992. Miembro del SNCA 1994-2000. Ha recibido el Premio Orden por la Cultura Nacional 1996 otorgado por el Ministerio de la Cultura de la República de Cuba. Medalla Yucatán 2008 otorgada por su trayectoria y también Premio Nacional Elena Poniatowska de la Ciudad de México 2009 por Península, Península.

La próxima presentación editorial, organizada por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, será el libro Todo aquí es polvo, último libro escrito por la narradora y poeta Esther Seligson, fallecida en 2010; participarán Fabienne Bradu, David Olguín y Laura Almela, el martes 8 de febrero, a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.