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*** El poeta presenta su nuevo libro en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes

 

*** La precisión del soneto, el drama de la canción popular y el relámpago del aforismo convergen lúdicamente en esta muestra del producto de 40 años de labor poética

 

Nueva Escritura Sumaria Con 40 años de trabajo en el mundo literario, la poesía de Ricardo Yáñez ha transitado por los senderos más variados, en su obra convergen la precisión del soneto, el drama de la canción popular y el relámpago del aforismo.

 

Una muestra de la obra que ha realizado en estas décadas de labor poética, es la que ofrece Ricardo Yáñez en su nuevo libro, Nueva escritura sumaria, el cual se presenta este domingo 7 de agosto a las 12:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. La presentación correrá a cargo de Moisés Ramírez, Sergio Luna, Antonio Riestra, Alma Rocío, Manuel Camacho Higareda y lectura a capella del autor con: Amparo Cejudo (Payín), Francisco Grijalva, Alma Rocío Jiménez, María Lorencez, Sergio Luna, Fidel Montes, Gabriel Reyes, Pedro Sosa, Juan Vázquez Gama y Jaime Yáñez.

 

La antología de poemas de Nueva escritura sumaria ofrece un panorama del amplio horizonte formal que abarca la poesía de Ricardo Yáñez. Sin embargo, en la variedad de esta colección de poemas es perceptible la presencia de dos elementos que articulan unitariamente el conjunto: la verdad de la escritura poética como juego y el amor como certeza rectora.

 

Ricardo Yáñez afirmaba en alguna ocasión que escribir poesía es poner en juego la totalidad del yo. En su texto “Notas para despedirse de un taller”, donde recrea su experiencia como coordinador de talleres literarios, Ricardo Yáñez reflexiona acerca del proceso creativo implicado en la escritura, el cual concibe, ante todo, como un juego afectivo.

 

En su balance sobre las actividades realizadas en el taller, el poeta apuntaba que en el proceso creativo de los asistentes ayudó mucho “la voluntad de juego, la certeza de que se estaba jugando y la seguridad, por otra parte del coordinador, de lo limpio y reconfortante del juego. Si no la afectividad, al menos el juego, sí se dejó estar”.

 

Esta idea de la creación poética como un juego es uno de los motores que mueven la obra de Ricardo Yáñez, pues, como se lee en uno de los sonetos incluidos en Nueva escritura sumaria, dentro del cúmulo de incertidumbres que es la existencia, lo único seguro es la necesidad del juego: “No sé quién soy, si voy o vengo o llego/ o parto o si me quedo aquí tranquilo/ deshilando nomás hilo tras hilo/ un lenguaje que no es lenguaje, es juego”.

 

El juego aludido en la poesía de Ricardo Yáñez no debe confundirse como diversión pueril. El juego poético debe leerse más bien como movimiento, como una oscilación entre el gozo y el sufrimiento, entre la vida y la muerte. En suma, como señala en entrevista el poeta, el juego del poema es “el juego peligroso de vivir”.

 

El amor, la otra presencia tutelar en la obra poética de Ricardo Yáñez, no es sólo el pretexto temático para desatar el movimiento lírico. El amor  gravita sobre la totalidad de la lírica de Ricardo Yáñez como la matriz desde la cual se genera el sentido del poema, pero también de la existencia misma, pues, como advierte lapidariamente el autor: “el amor es lo único que existe, lo demás es falso o falso sin amor”.

 

Ricardo Yáñez (Guadalajara, Jalisco, 3 de abril de 1948) es poeta, ensayista y narrador. Estudió Letras en la Universidad de Guadalajara (U. de G.) y la UNAM. Ha sido editor de la revista El Ciervo Herido; profesor en la U. de G. Periodista fundador de los diarios El Sur, Unomásuno y La Jornada; articulista y miembro de la mesa de redacción de la revista Mira. Creador de una metodología para el desarrollo de seminarios y talleres de creación literaria, que ha aplicado en múltiples ciudades del país.

 

Colaborador de las revistas Biblioteca de México, La Gaceta del FCE, La Jornada Semanal, Revista Universidad de México, Sábado, Siempre!, entre otras. Fue jefe de la zona centro de la agencia Notimex, jefe de la redacción periodística de Radio Universidad Veracruzana; editor de Ciencia, Cultura y Espectáculos del diario El Occidental y director del Semanario Paréntesis. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en los periodos 1997-2000 y 2000-2003.

 

Ha obtenido los premios Punto de Partida 1971, por El Girasol; Premio Único de Narrativa en el Segundo Certamen Literario de la Universidad de Guadalajara 1972. Parte de su obra se incluye en antologías nacionales y extranjeras. En 2004, presentó el disco Quizá en agosto, que reúne sus textos poéticos musicalizados por ocho compositores.

 

Es autor de los libros de poesía: Divertimiento (1971); Escritura sumaria (1977); Ni lo que digo (1985); Dejar de ser (1994); Antes del habla (1995); Si la llama (2000); Estrella oída, (2002); Novedad en la sombra (2003); Puntuación (2004) y Vado (2004). Ha publicado los libros de ensayo Prosaísmos (1995); El alfabeto en la neblina (2003), así como del libro  infantil Un pajarillo canta (2006).