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El Instituto Nacional de Bellas Artes invita a asistir al ciclo "Autores secretos", en el que Penélope Córdova abordará la obra de la escritora Nellie Campobello. La Coordinación Nacional de Literatura invita a esta actividad que se llevará a cabo el miércoles 31 de julio, a las 19:00 horas, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

 

Nellie Campobello fue una importante figura de mediados del siglo XX. Su genio la llevó a incursionar en distintos ámbitos de la vida artística, principalmente en la danza, disciplina en la que cosechó sus mejores logros profesionales. Su gran amor por las culturas indígenas la llevó a recorrer el país y a descubrir las danzas que practicaban en ciertas comunidades. "Ella reivindicó el valor artístico de la danza originaria mexicana", explicó en entrevista Penélope Córdova. Sin embargo, su sensibilidad quedó plasmada también en las letras.

 

Cartucho, de Nellie Campobello, fue publicado en el año de 1931. En él escribe relatos autobiográficos narrados desde la voz de una niña, en una mezcla de inocencia y sabiduría. Aunque se diga que su obra está integrada por cuentos, no lo son. Se trata de narraciones independientes que parecen impresiones sin una trama definida, en la que articula la imagen poética con lenguaje coloquial. "Son relatos que están más sustentados en el lenguaje que en el tema o en la época histórica. La técnica de poner a narrar a una voz infantil le da la posibilidad de desplegar su verdad narrativa, que no es necesariamente la misma que la histórica, y que siempre es auténtica. Logra juntar inocencia y descuidada malicia. Esto no es lo que escribiría una niña bien de aquellos tiempos. Hay transgresión por todos lados", agregó Penélope Córdova.

 

Su obra, hacinada en el olvido, dijo Córdova, se debe en primer lugar a que si bien el subtítulo de la novela reza "relatos de la lucha en el norte de México", es sobre todo un libro que transmite una visión muy subjetiva e íntima, cuando las obras literarias de la Revolución se centraban en retratar la realidad histórica. También señaló que el catálogo literario difunde su obra colocándola como novela de la Revolución, "y ni es novela y yo creo que tampoco es de la Revolución. Eso ha hecho un daño a la difusión de su obra".

 

Penélope Córdova resaltó el hecho de que hubo una cuestión de género en la marginación de Campobello en la escena literaria nacional durante muchos años: "no se le tomó demasiado en serio, como si nunca pudiera quitarse el mérito de haber escrito un gran libro y, además, ser mujer", aseguró.

 

Dijo que el estatus de esta escritora no debería ser el que actualmente goza, y que el encasillar a la literatura en "ismos" es datar la literatura, puesto que uno se va haciendo una idea o un prejuicio sobre qué esperar. "Y cuando se lee a Nellie Campobello por primera vez nunca es lo que uno espera".

 

Por todo lo anterior, Córdova recomendó a un lector que aborda por primera vez la obra de Campobello leer Cartucho, pues considera que esta es indispensable y la cumbre de su producción literaria, ya que en ella se puede ver a la lucha revolucionaria siendo impregnada de poesía, porque para la también bailarina representaba la vuelta a la infancia, al mundo mítico donde el mal no nos alcanza, donde la muerte se contempla de otra manera. Fue el arquetípico regreso al paraíso.

 

Poder leer a Campobello a ochenta años de su obra cumbre y encontrar su literatura tan viva y extraordinaria, apuntó Córdova, es una prueba de tiempo a la que las grandes obras se seguirán sometiendo y que, hasta el momento, da fe de la autenticidad literaria del autor y también del lector. Si al leerla actualmente encontramos semejanzas entre lo que ella narra y entre lo que nosotros vemos o de lo que nos enteramos a diario, "quizá deberíamos plantearnos la pregunta de si nosotros no estamos también en una guerra. Eso habla mal de nuestros tiempos, sin duda. Cualquier parecido entre Cartucho y la realidad es nuestra culpa. Y además, a nosotros ya no nos queda la poesía", finalizó.

 

Nellie Campobello nació en Villa Ocampo, Durango, el 7 de noviembre de 1900; murió en Progreso de Obregón, Hidalgo, el 9 de julio de 1986. Narradora y poeta, dirigió la Escuela Nacional de Danza; fue coreógrafa, bailarina e investigadora de danzas autóctonas, y fundadora del Ballet de la Ciudad de México. Su obra literaria retrata pasajes de la Revolución Mexicana. Colaboró en El Gráfico.

 

Escribió Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940); los cuentos Cartucho. Relatos de la lucha en el norte de México (2000) y Las manos de mamá (1937); los ensayos Ritmos indígenas de México (en colaboración con Gloria Campobello, 1940); los poemarios Yo por Francisca (1929), Tres poemas (1957). En 1960 apareció la antología Mis libros, y en 2007 su obra reunida.