• “Jamás quiso ser una escritora difundida masivamente”: González Mateos

  • Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 1973 por Otros son los sueños

El Instituto Nacional de Bellas Artes invita al ciclo Una habitación propia, en el que se abordará la obra de la escritora Esther Seligson, a cargo de Adriana González Mateos. La Coordinación Nacional de Literatura organiza esta actividad que se llevará a cabo el miércoles 24 de julio, a las 19:00 horas, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

 

Esther Seligson fue descendiente de judíos ortodoxos inmigrantes y escritora de una vasta obra que, aunque se ha catalogado como judía, ella misma se opuso a que su literatura fuera vista como tal. Seligson aceptaba plenamente su origen, sin embargo, reconocía que su obra estaba integrada de otros elementos además de ese, tales como la mitología griega, el hinduismo y el taoísmo. También recibió influencia de sus lecturas apasionadas del I Ching, del sufismo, de su interés por diversas tradiciones religiosas, de la lectura del tarot, de la astrología, la mitología y la acupuntura, entre otras tantas inclinaciones.

 

En los personajes de las historias de Seligson hay un desdoblamiento de su propia persona y de sus propias experiencias. Para la escritora Adriana González Mateos, esta forma de elaborar su obra colocó a Seligson en un lugar importante dentro de las tendencias literarias más actuales, porque en ella encontró “una de las maneras de abordar la complejidad de la realidad contemporánea, el ‘yo’ del escritor (o las muchas variantes que pueda tener), se convierte en un campo más favorable a la exploración literaria que otros temas que pueden parecer saturados”, aclaró en entrevista.

 

El estilo críptico y difícil por el que muchos hacen pasar la escritura de Esther Seligson, es más bien su proyecto literario: “ella pensaba que la literatura está dirigida a lectores cultos, capaces de apreciar un estilo difícil. Jamás quiso ser una escritora difundida masivamente”, aseguró González Mateos. Seligson no pensó en obras accesibles ni de fácil comprensión, justamente porque al lector al que se proponía dirigir es  uno “capaz de apreciar estrategias literarias sofisticadas, que cuenta con una buena cultura, conoce el arte de las vanguardias, tiene cierta formación en filosofía, está al tanto de distintas tradiciones esotéricas, etcétera”.

 

González Mateos aconseja leer Todo aquí es polvo, a quien quiera acercarse por primera vez a la obra de esta escritora, porque es uno de los libros francamente autobiográficos de la autora de Luz de dos.

 

El genio que poseyó Esther Seligson forma parte de una  tradición de la literatura y el arte del siglo XX para quienes era importante la voluntad de dirigirse a unos cuantos lectores, muy especiales, dignos de tal o cual escritor y de su obra, subrayó González Mateos. En conjunto esto conforma un desafío, dijo, y una manera de consolidar su autoridad como escritora: “Seligson se asegura de no ser tomada a la ligera”, finalizó.

 

Durante esta charla se hablará de la obra en general de Esther Seligson, y se pondrá especial énfasis en abordar el poemario Simiente, que es una de sus últimas obras, con composición híbrida, y fue escrito a raíz del suicido de su hijo Adrián.

 

Esther Seligson (Ciudad de México, 1941, 8 de febrero, 2010) fue poeta, narradora, ensayista y traductora. Estudió las licenciaturas en lengua y literaturas hispánicas, así como literatura francesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; la maestría en historia del arte en el Instituto de Cultura Superior (SEP); realizó diplomados en el IFAL, en las universidades francesas de La Sorbone y de Bordeaux con temas de historia, Edad Media y filosofía; con temática judía en el Centre Universitaire d’Etudes Juives en París, y en el Mahon Pardes de Jerusalén. Fue profesora de historia del teatro, teatro y mito, historia de la cultura, historia de las ideas, pensamiento judío, arte de la Edad Media y religiones comparadas en instituciones y escuelas públicas y privadas. Fue traductora de Emmanuel Levinas, E. M. Cioran, Edmond Jabés, Virginia Woolf, Marguerite Yourcenar, entre muchos otros. Colaboradora de Casa del Tiempo, Cuadernos del Viento, Diálogos, Diorama de la Cultura, El Urogallo (España), Escandalar, Escénica, Fem, Fractal, Hispamérica (Estados Unidos), La Cabra, La Jornada, Los Universitarios, Noaj (Israel), Ovaciones, Plural, Política y Cultura, Proceso, Revista de Bellas Artes, Revista Documenta CITRU, Revista Mexicana de Literatura, Revista Universidad de México, Siempre!, Unomásuno, Vuelta, y X. Becaria del CME, 1969.

 

Entre sus obras se encuentra, en ensayo: La fugacidad como método de escritura (1988), El teatro, festín efímero (1989), Escritura y el enigma de la otredad (2000), Apuntes sobre Cioran (2003), A campo traviesa (2005). En novela aparecen los títulos Otros son los sueños (1973), La morada en el tiempo (1992); edición corregida (2004), Sed de mar (1987), Isomorfismos (1991), Tríptico (1993); además de las memorias Todo aquí es polvo (2010). En poesía están sus libros Tránsito del cuerpo (1977), De sueños, presagios y otras voces (1978), Rescoldos (2000), Simiente (2003), Alba marina (2005), Oración del retorno (Tikun, 2006), A los pies de un Buda sonriente (2007, reeditado en 2008), Negro es su rostro (2000), Alba marina (2005) y Oración del retorno (2006). En relato figuran Tras la ventana un árbol (1969), Diálogos con el cuerpo (1981), Luz de dos (1978), De sueños, presagios y otras voces (1978), Indicios y quimeras (1988), Esther Seligson, Material de Lectura (1989), Los siete pecados capitales (colectivo, 1989), Hebras (1996), Jardín de infancia (2004), Cicatrices (2009).

 

Se hizo acreedora de los premios Xavier Villaurrutia 1973 por Otros son los sueños, y el Magda Donato 1979 con Luz de dos.